El primer ministro decidió este cambio para establecer un equipo fuerte y unido para reconstruir mejor al país después de la pandemia
El gobierno británico inició hoy un cambio de gabinete que incluyó las salidas de los ministros de Educación y Vivienda, Gavin Williamson y Robert Jenrick, respectivamente, y reubicaciones, como el del ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, quien fue ascendido a número dos del Ejecutivo y designado ministro de Justicia, mientras que su cargo pasó a Liz Truss, actual ministra de Comercio.
De esta forma, Raab, quien había sido cuestionado sobre su manejo de la crisis de Afganistán, fue removido del cargo, pero a la vez fue ascendido a viceprimer ministro.
El ministro de Finanzas Rishi Sunak y la ministra del Interior, Priti Patel, permanecen en el cargo.
En tanto, Michael Gove, actual encargado de coordinar el Gabinete, ocupará el ministerio de Vivienda, al tiempo que conserva la responsabilidad ministerial de la Unión y las elecciones, en un guiño a la amenaza independentista que representa la principal ministra de Escocia Nicola Sturgeon.
Nadine Dorries, ministra de salud y una exitosa novelista, reemplaza a Oliver Dowden como Ministro de cultura.
El primer ministro Boris Johnson decidió este cambio de gabinete para, según explicó una fuente de su Gobierno a la prensa, establecer un equipo fuerte y unido para reconstruir mejor al país después de la pandemia, un período en el que su gestión sanitaria y económica fue duramente criticada.
El premier pretende tener a su nuevo gabinete listo y en funciones antes de viajar a Estados Unidos para su primera visita oficial al presidente Joe Biden, y antes del inicio de las conferencias del Partido Conservador.
El último gran cambio de gabinete en el país se produjo en febrero de 2020, cuando Johnson despidió o trasladó a la mitad de su gabinete tras la salida del país de la Unión Europea (UE).
El Reino Unido se encuentra en camino a un invierno crítico después de la pandemia y las consecuencias del Brexit que provocaron la escasez de mano de obra de inmigrantes de la UE, faltantes de muchos alimentos y un temor a que esto se expanda a otros sectores productivos.
El fin de la libertad de movimiento desde la UE está siendo un desastre para la economía de todo el Reino Unido, con los estantes vacíos en los supermercados, restaurantes y tiendas cerradas además de problemas en la agricultura y ganadería debido a la escasez de personal.