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Reproducción asistida

«Gestación por sustitución», aumentan las consultas en Argentina


Las consultas sobre «gestación por sustitución», una técnica de reproducción asistida en la que interviene una mujer que acepta gestar el embrión de otra persona, están aumentando en la Argentina y lo harán «exponencialmente» en los próximos años, mientras que la práctica «sigue sin regularse», cuestionaron hoy especialistas.
La técnica, también llamada gestación «mediante vientres subrogados», es requerida «en su mayoría por parejas igualitarias de hombres u hombres solos, que no tienen otra forma de tener un hijo, pero también por mujeres con alguna condición médica que les impide la concepción», explicó a Télam Gisela de Antón, presidenta de la asociación civil de pacientes Concebir,
La asociación presentó esta semana el libro «Gestación por Sustitución. Un abordaje interdisciplinario», destinado a orientar a los profesionales que intervienen en el proceso.
«Como organización de pacientes, queremos que este tema deje de ser tabú. Si bien esta técnica se utiliza más en el extranjero, en la Argentina también existe, aunque el tema no está legislado», señaló De Antón.
La especialista explicó que para realizar esa práctica en el país se debe iniciar un trámite judicial, para que cuando el niño nazca «quienes tuvieron la voluntad procreacional puedan inscribirlo como hijo».
«Este año, particularmente, recibimos numerosos pedidos de información sobre la gestación por sustitución. El hecho de que los famosos hayan recurrido a ella puso el tema en boca de todos», consideró.
Por su parte Sergio Papier, presidente del Comité Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva (Almer), subrayó que «el proceso requiere de la multidisciplina, porque entran en juego varios actores: el o las personas que requieren el tratamiento, la gestante y, a veces, también la utilización de gametos donados, ya sea óvulos u espermatozoides».
“Se necesita un abordaje médico tanto de la gestante y los comitentes como así también del laboratorio de reproducción asistida, donde se realiza el procedimiento para generar los embriones a transferir. A su vez, debe existir un marco legal que resguarde a todos los intervinientes y apoyo psicológico en cada etapa del tratamiento”, remarcó Papier, uno de los coautores del libro.
Otra de las coautoras del escrito es Mariana Thomas Moro, psicóloga de Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer) y miembro del Equipo de Psicología y Musicoterapia de Concebir, quien señaló que «ante la falta de regulación, se creó hace un par de años una Comisión Asesora en Técnicas de Reproducción Humana Asistida (Catrha)».
«Una de las recomendaciones a nivel local es que la gestante sea conocida de la pareja, para que no se convierta en un mero intercambio comercial. Lo que debe primar es un compromiso más bien altruista, entendiendo la ayuda que se está brindando a la pareja o a la persona que desea tener un hijo», sugirió.
Entre las recomendaciones de Catrha se destacan la necesidad de evaluar psicológica y clínicamente a la gestante y que haya sido madre anteriormente, para que sepa qué implica llevar adelante un embarazo.
“Esto llegó para quedarse, iguala derechos y va a crecer de manera exponencial», concluyó Papier.