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Galicia y el País Vasco votan en unas elecciones marcadas por el coronavirus en España


Los centros de votación abrieron sin incidencias en ambas regiones, donde los ciudadanos podrán votar hasta las 20 hora local (15 de Argentina) cumpliendo con estrictas medidas de seguridad.

Galicia y el País Vasco votan este domingo en unas atípicas elecciones marcadas por la crisis del coronavirus, que serán las primeras en medir el clima político en España, en medio de rebrotes que dispararon un miedo que amenaza con hacer caer la participación arrojando incertidumbre sobre un resultado que a priori no anticipaba cambios.

Los centros de votación abrieron sin incidencias destacables en ambas regiones, donde los ciudadanos podrán votar hasta las 20 hora local (15 de Argentina) cumpliendo con estrictas medidas de seguridad.

Las personas que acudan a votar tanto en Galicia como el País Vasco deben ir con el barbijo puesto y solo quitárselo en caso de que se les requiera para comprobar su identidad, y deberán mostrar su DNI, pero no entregarlo, para evitar posibles contagios.

Cerca del mediodía local, en numerosos centros de votación de la comunidad gallega se habían formado colas para poder votar, y muchos ya llevaban el sobre con su voto, según imágenes de la prensa local.

Lo mismo ocurrió en el País Vasco, donde los electores esperaban en las calles con sus paraguas debido a la llovizna habitual en esta región.

«Hay seguridad para poder votar», insistió hoy el lehendakari (jefe de gobierno vasco), Íñigo Urkullu, tras ejercer su derecho al sufragio en Durango, pendiente de que los resultados confirmen los sondeos señalan como vencedor, lo que le permitiría volver a gobernar con los socialistas.

En Galicia, el presidente regional, Alberto Núñez Feijóo, del conservador Partido Popular (PP), también animó a los ciudadanos a llenar las urnas, en línea con al resto de candidatos, ya que de ello depende que logre su cuarta mayoría absoluta que pronostican las encuestas.

«Toda Galicia sabe muy bien que vamos a decidir nuestro futuro, y todos quieren participar», dijo al votar en Vigo.

La excepcionalidad de estas elecciones que tienen lugar bajo la llamada «nueva normalidad», que también son las primeras que se suspenden en la historia reciente del país, hizo que los gobiernos de ambas regiones prohibieran votar a más de 450 personas infectadas por el coronavirus, una decisión marcada por la polémica debido a las dudas sobre la base jurídica de la decisión.

La restricción afecta concretamente a unas 200 en el País Vasco, infectadas por un brote activo en el municipio de Ordizia, y otras 250 en Galicia, vinculadas con el foco en La Mariña, una zona costera del mar Cantábrico.

Los dos gobiernos regionales alegaron que los vetados son un grupo muy reducido de la población y que la medida obedece a criterios sanitarios, mientras algunos juristas y partidos opositores creen que se tendría que haber garantizado el derecho a voto de alguna forma.

Sin embargo, más que esta prohibición, existe temor a que los rebrotes de coronavirus- que ya son más de cien en toda España- dispare la abstención, un factor que puede impulsar un cambio de gobierno en el País Vasco, y poner en duda la mayoría absoluta del conservador Partido Popular (PP) en Galicia.

Feijóo, quien gobierna desde hace 12 años, conseguirá la reelección, igualando al histórico caudillo Manuel Fraga.

Sin embargo, el PP depende mucho del voto de las personas mayores y jubilados, el grupo de mayor riesgo frente al coronavirus y en el que podría incidir el temor al contagio como factor de desmovilización.

En el País Vasco, el lehendakari (jefe de gobierno), Iñigo Urukullu, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), hegemónico desde 1990, también parte como favorito, pero no da nada por seguro, ya que la izquierda advirtió que si existe posibilidad de sumar para un acuerdo con socialistas y nacionalistas, lo enviará a la oposición.