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Francisco aseguró que «no hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza»


El papa Francisco aseguró hoy que «no hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza», y se mostró «preocupado» por el denominado «lawfare», al cerrar en el Vaticano un encuentro de jueces panamericanos que dio origen a un comité regional permanente para el monitoreo de Derechos Sociales.

«No hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia en la inequidad», expresó el Pontífice al participar de la jornada de cierre del congreso de dos días sobre «Derechos Sociales y doctrina franciscana» organizado por la Academia de Ciencias del Vaticano, del que participaron más de 20 jueces argentinos.

«La economía de los papeles, la democracia adjetiva, y la multimedia concentrada generan una burbuja que condiciona todas las miradas y opciones desde el amanecer hasta la puesta del sol», agregó el pontífice en su discurso, sentado junto al juez porteño Andrés Gallardo, impulsor de la cumbre.

Durante su intervención, Jorge Bergoglio reconoció su «preocupación por una nueva forma de intervención exógena en los escenarios políticos de los países a través del uso indebido de procedimientos legales y tipificaciones judiciales».

En ese marco, el Papa renovó sus críticas al denominado «lawfare», que, expresó, «además de poner en serio riesgo la democracia de los países, generalmente es utilizado para minar los procesos políticos emergentes y propender a la violación sistemática de los Derechos sociales».

«Para garantizar la calidad institucional de los Estados es fundamental detectar y neutralizar este tipo de prácticas que resultan de la impropia actividad judicial en combinación con operaciones multimediáticas paralelas», reclamó.

En su alocución, Francisco pidió a los jueces que se ocupen de «que los derechos de las personas y especialmente de los más vulnerables sean respetados y garantizados».

Para el efectivo cumplimiento de los denominados Derechos Sociales, el Papa convocó a «afrontar los problemas de fondo» de la sociedad, en un discurso en el que citó dos veces sus discursos a los Movimientos Populares.

«No pueden ser resueltos simplemente por acciones aisladas o actos voluntaristas de una persona o de un país, sino que reclama la generación de una nueva atmósfera», reclamó.

«Nos toca vivir una etapa histórica de cambios en donde se pone en juego el alma de nuestros pueblos», planteó Bergoglio.

Además, el Papa lamentó la existencia de una «injusticia social naturalizada y, por tanto, invisibilizada que sólo recordamos o reconocemos cuando algunos hacen ruido en las calles y son rápidamente catalogados como peligrosos o molestos, termina por silenciar una historia de postergaciones y olvidos».

«Un sistema político-económico, para su sano desarrollo, necesita garantizar que la democracia no sea sólo nominal, sino que pueda verse plasmada en acciones concretas que velen por la dignidad de todos sus habitantes bajo la lógica del bien común, en un llamado a la solidaridad y una opción preferencial por los pobres», demandó.

Además, los jueces de las tres Américas firmaron junto al Papa el acta constituitiva del «Comité Panamericano de juezas y jueces por los Derechos Sociales y la doctrina franciscana», con el que buscarán «generar una herramienta de carácter permanente que tenga por objeto central la divulgación de las actividades que cada miembro realice en su propio Estado».

Los participantes firmaron además la denominada «Declaración de Roma», que en 12 puntos recoge críticas al «actual sistema económico mundial», resaltan sus críticas a la concentración mediática y hacen un llamado al mundo a cumplir los objetivos del acuerdo de París sobre cambio climático.