Este domingo, en el Gran Premio de la Toscana, buscará honrar esa historia que la transformó en la madre de todas las escuderías de la F1
En el transcurso de una de las temporadas más sombrías de su historia, la tradicional escudería Ferrari cumplirá mañana 1.000 carreras en la Fórmula 1, una categoría que domina en todos los rubros estadísticos: presencias, victorias, títulos, podios, «pole position» y vueltas rápidas.
El destino se complotó para que la celebración, que tendrá lugar en el Autódromo Internacional de Mugello, propiedad de la marca italiana, coincida con un presente brumoso por la falta de resultados en una temporada no menos extraña debido a la pandemia de coronavirus.
No obstante, la riqueza acumulada por la Casa de Maranello, que se fundó en 1929 por iniciativa de Enzo Ferrari, trasciende las frustraciones de la actualidad por el bajo rendimiento del modelo SF1000, incapaz de competir -principalmente- con las máquinas de Mercedes y Red Bull Racing.
Ferrari y Alfa Romeo son las dos únicas escuderías de la actualidad que tuvieron participación en la primera temporada de la F1 en 1950, ganada por el italiano Giuseppe Farina con un auto de la marca competidora.
El 21 de mayo de ese año, el equipo del «Cavallino Rampante» hizo su debut oficial en el Gran Premio de Mónaco y obtuvo el segundo lugar de la mano de Alberto Ascari, que llegó detrás del argentino Juan Manuel Fangio (Alfa Romeo).
En la novena carrera de su historial, Ferrari festejó la primera de sus 238 victorias con otro argentino al volante: José Froilán González. Ocurrió en el Gran Premio británico de 1951 en el autódromo de Silverstone, donde el arrecifeño repitió tres años más tarde en su segundo y último éxito dentro de la categoría.
El «Chueco» Fangio, después de ganar un título del mundo con Alfa Romeo y dos con Mercedes, firmó con Ferrari en la temporada 1956 y le reportó a la marca su tercer Campeonato de Pilotos, después de los conseguidos por Ascari en 1952 y 1953.
La leyenda de Balcarce, al comando del modelo D50, corrió siete Grandes Premios para la escudería de Maranello. Ganó en Argentina, Gran Bretaña y Alemania y fue campeón con un punto de ventaja sobre el británico Stirling Moss.
Antes de la creación de la Copa de Constructores en 1961, Ferrari sumó un nuevo Campeonato de Pilotos con la conducción del británico John Hawthorn en 1958.
A lo largo de la historia, otros seis pilotos se consagraron con el tradicional bólido rojo: el estadounidense Philip Hill (1961), el británico John Surtees (1964), el austríaco Nikki Lauda (1975 y 1977), el sudafricano Jody Scheckter (1979), el alemán Michael Schumacher (2000, 2001, 2002, 2003 y 2004) y el finlandés Kimi Raikkonen (2007).
«Schumi», máximo campeón de la F1 con siete coronas, es además el piloto que más veces corrió y más carreras ganó para Ferrari: 72 triunfos en 180 Grandes Premios.
Lauda, en la temporada intermedia a la conquista de sus títulos con la marca italiana, protagonizó con una Ferrari uno de los momentos más dramáticos de la F1 cuando sufrió un accidente que lo dejó envuelto en llamas en el viejo circuito de Nürburgring, Alemania, el 1 de agosto de 1976.
Debido a la lluvia caída sobre la pista, el austríaco perdió el control del auto, se estrelló contra el guardrail y volvió al asfalto hecho una bola de fuego. Sufrió quemaduras de primer y tercer grado en el rostro, la cabeza y las manos; también inhaló gases del combustible, lo que le produjo daño en sus pulmones.
Mientras estuvo internado, un sacerdote cercano a su familia le había dado la extremaunción, pero 40 días después de su terrible accidente Nikki estaba subido otra vez a la Ferrari, con la que volvería a ser campeón al año siguiente.
En esos años, el santafesino Carlos Reutemann se había convertido en el tercer piloto argentino de la Casa de Maranello. Entre la temporada ’77 y ’78, «Lole» corrió 35 carreras, ganó cinco pruebas (Brasil dos veces, Estados Unidos Este y Oeste y Gran Bretaña). Terminó cuarto y tercero en la clasificación general.
La década del ’80 se inició con la peor campaña de Ferrari en su historia. El modelo 312T5, conducido por Scheckter y el canadiense Gilles Villenueve, no ganó ninguna carrera del año, ni siquiera llegó al podio y la mala experiencia se reflejó con un inédito décimo puesto de la Copa de Constructores.
Dos años después, Ferrari volvió a alzar el trofeo a la mejor escudería de la F1, un rubro que lo tiene como máximo ganador con 16 estrellas (1961, 1964, 1975, 1976, 1977, 1979, 1982, 1983, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2007 y 2008).
En la segunda mitad de la década del ’90 comenzaba a gestarse el período más glorioso de Ferrari en la F1 con el desembarco de Schumacher, que firmó contrato en 1996 y permaneció a lo largo de 11 temporadas.
El alemán conquistó cinco Mundiales de Pilotos consecutivos entre 2000 y 2004 y consolidó a la Casa de Maranello como la marca récord en todos los rubros estadísticos de la categoría.
Hasta hoy, con 999 GP en su haber, de los que participaron 109 pilotos con 84 modelos diferentes, el equipo italiano acumula 31 trofeos (15 de pilotos y 16 de constructores), 238 victorias, 84 dobletes, 772 podios, 238 «pole position» y 254 vueltas rápidas.
Este domingo, en el Gran Premio de la Toscana, buscará honrar esa historia que la transformó en la madre de todas las escuderías de la F1.