Policiales

Crímenes en Rosario: crónica de una región bajo fuego narco


Foto: Juan José García

Por José Luis Juárez – periodista especializado en temas policiales

Mientras en las últimas horas el reclamo policial por mejores salariales se llevó la atención del Gran Rosario, pudiendo ver cómo anoche cerró su primera etapa mediante el levantamiento del bloqueo de los ingresos a la Jefatura de Policía de Ovidio Lagos al 5200, que evitaron la salida de móviles policiales para la cobertura del servicio de patrullaje en distintos barrios de la ciudad y la custodias fijas (unas 70 entre arcos, personas atentadas, jueces y funcionarios), la soberbia y falta de tacto del ministro de Seguridad Marcelo Saín para con el tema, más su conocida verborragia a la hora de politizar el conflicto acusando a internas de su propio partido así como a abogados del fuero local que voluntariamente se acercaron a los familiares de policías y retirados para representarlos antes las autoridades, lejos de reconocer el problema, hacerse cargo e intentar resolverlo ponderando mas que nada al ser humano que hay en cada integrante de la fuerza policial, hay una realidad en la ciudad de Rosario y la región que tiene que ver con la guerra narco instalada desde hace años que día a día sigue dejando cadáveres por doquier.

Entre la madrugada del jueves y la noche del viernes (24 horas), el Gran Rosario conoció seis muertes más en ocasión de la acción de los sicarios.

1 – Granadero Baigorria | Pueyrredón y Eva Perón – Es ejecutado de 15 disparos en la vía publica, y frente a su mujer e hijo que aguardaban en el auto, Marcelo Coto Medrano (44 años), conocido líder de la barra brava de Newell’s Old Boys. Hombre relacionado al narcotráfico de la ciudad con condenas por diferentes delitos que había huido de Rosario y se había refugiado en Victoria, Entre Ríos. Sólo fue volver a la región para que lo ejecuten.

2 – Villa Gobernador Gálvez | 12 de Octubre al 2300 – Cuatro sicarios armados irrumpieron en la vivienda rompiendo la puerta a patadas y redujeron a los allí presentes (cuatro personas que se encontraban cocinando). Uno de los agresores, ametralladora en mano, efectuó una ráfaga hiriendo a dos de las víctimas. Una de ellas, Esteban Guilean (22 años), recibió un disparo en el cráneo. Fue derivado al hospital Gamen, para luego ser trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde posteriormente fallece. Al momento de la constatación policial, en la casa se hallaron e incautaron 5 plantas de marihuana.

3 – Rosario | Barrio Parque del Mercado – Maestros Santafesinos al 4700 – Sicarios pasaron en un vehículo color oscuro y efectuaron ráfagas de ametralladora contra el frente de una vivienda, hiriendo a cinco personas que se encontraban en la puerta al momento de los hechos. Uno de ellos era Carlos Matías Baez (35 años), quien recibe varios disparos en la zona del tórax y fallece en el lugar. En tanto, los otros cuatro restantes fueron derivados al Hospital Roque Sáenz Peña con lesiones de diversa consideración.

4 – Rosario | Barrio Godoy – Pasaje 1709 y Colombres – Tres sicarios se presentaron espontáneamente y efectuaron disparos de arma de fuego contra tres personas que se encontraban en el lugar. Iván Francisco Leguizamón (24 años) recibe disparos en la zona del tórax, como así sus dos amigos. Todos fueron derivados al Heca en vehículos particulares. Leguizamón falleció en el quirófano, en tanto que los restantes quedaron internados en estado crítico.

5 y 6 – Granadero Baigorria – Florencio Varela al 1200 – En aparente reacción al crimen de Coto Medrano, aparecen tirados en la vía pública, ejecutados a balazos contra un paredón existente en el lugar (fueron fusilados), Ezequiel Omar Arrua (32 años) y Osvaldo Ibarra (48), quienes presentaban sus manos atadas con precintos plásticos y múltiples disparos en la cabeza, a manera de ejecución.

Los crímenes citados, todos de naturaleza de ajuste narco, son una clara muestra de la realidad hoy en la ciudad y su región, donde la seguridad brilla por su ausencia, haciendo especial mención de quien debería haber demostrado desde su asunción (10 de diciembre de 2019) muestras mínimas de entender lo que está sucediendo y haber realizado con los recursos a su alcance estrategias operativas y de inteligencia, tendientes a contrarrestar el flagelo de las muertes por sicariato.

El polémico ministro de Seguridad, Marcelo Saín, que lejos de realizar acciones propias de operatividad anti delito se limitó a confrontar con todos los sectores de la sociedad, e inclusive con la institución policial, la cual comanda, enfocando su limitado conocimiento del tema (operativo policial – seguridad ciudadana) a una reforma que si bien tiene apartados viables, la misma en caso de ser aprobada por la Legislatura provincial tendría una puesta a prueba de dos años, más otros cuatro años de funcionamiento óptimo. La realidad es que el rosarino necesita respuestas hoy, no sólo en las muertes sino también en la inseguridad de todos los días.

Es hora de que el gobernador de la provincia, Omar Perotti («Paz y Orden»), totalmente enfocado en «la pandemia», se pregunte si el ciclo de Saín a cargo de la cartera más caliente de su gobierno, como lo es Seguridad, se ha agotado.