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Fernández visitará al Papa bajo la atenta mirada Vaticano


El Papa recibió en el Vaticano a Celso Amorim (izq.), Carlos Ominami y Alberto Fernández. (foto de agosto de 2018: @ominamipascual)

Francisco y la Basílica de San Pedro se vieron molestos por polemicas que nacieron desde Argentina, en este marco llega el presidente a su primera reunión con la máxima autoridad de la iglesia católica.

Francisco y la Basílica de San Pedro se vieron molestos por polémicas que nacieron desde Argentina.

A cinco días de la visita de Alberto Fernández al papa Francisco, el Vaticano se mantiene en alerta ya que en las últimas horas ha crecido el malestar de la Santa Sede por la relación que mantiene el Sumo Pontífice con la Argentina. No es que al Vaticano le moleste la presencia del Presidente y la reunión correspondiente con el Papa, sino que días atrás en Argentina se habló de la “ayuda” que le da Francisco al gobierno con respecto a la deuda externa.

No es la primera vez que hay conflicto entre las partes, ya que desde el gabinete de Fernández se había iniciado la polémica por el rechazo de Luis Bellando como embajador en el Vaticano por “estar divorciado”, un rumor que le llegó al Sumo Pontífice y también le generó malestar. Lo cierto es que el diplomático argentino, católico, está casado religiosamente con su actual mujer y desde las altas esferas papales aseguraron que ni siquiera se consideró la nominación de Bellando.

Luego apareció Sergio Massa. El presidente de la Cámara de Diputados afirmó que el Papa “está ayudando a la Argentina”, y con esta declaración reveló pormenores de la Casa Rosada. Al decir esto, la rápida interpretación lleva a pensar en la deuda. Según Sergio Rubin, periodista especializado en el ámbito eclesiástico, la idea de que Francisco sea  una especie de mediador entre el FMI y la necesidad de renegociación de la deuda argentina, fomentó la incomodidad de los religiosos.

Además, a tan sólo cinco días de la primera reunión entre Fernández y Francisco, la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, que encabeza el arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, realizará un coloquio sobre “Nuevas Formas de Fraternidad Solidaria de Inclusión, Integración e Innovación” del que participarán la titular del FMI, Kristalina Georgieva, y el ministro de Economía, Martín Guzmán.

Asimismo Rubin cuenta en el Clarín de este domingo, que Francisco no quiere saber nada con ser un nuevo Samoré (NdR: Antonio Samoré, Fue designado representante papal especial ante Argentina y Chile para la resolución pacífica del conflicto limítrofe entre ambos, el 24 de diciembre de 1978. La mediación papal llevada a cabo por el Cardenal Samoré evitó una guerra inminente entre dos países eminentemente católicos gobernados por dictaduras militares).

Desde Roma se afirma que la invitación de Guzmán fue fruto de un acuerdo entre Sánchez Sorondo y el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Béliz, quienes tienen una relación muy estrecha.

De igual manera, hay una marcada diferencia entre las relaciones gubernamentales con la Santa Sede.

Si el presidente le pidió ayuda a Francisco, siempre y cuando esté al alcance, se dará y, según el propio Rubin, no lo hace por el nombre propio que ocupa el sillón de Rivadavia sino por la Argentina en sí. Macri prefirió la distancia, Fernández busca acercarse de a poco. Sin embargo, toda colaboración a la que acceda Bergoglio será bajo una regla fundamental: la discreción. “Además, si fracasa la negociación con el FMI en la Argentina lo van a culpar al Papa”, completan fuentes cercas al periodista mencionado.

En otro orden, el Papa sabe de los malestares y por eso brega por la construcción de un vínculo seguro. La visita de Fernández será de carácter “oficial”, es decir, ni reuniones privadas en Santa Marta, si una “visita de Estado”, la que cuenta con mayor protocolo y repercusión. Será igual a la primera visita que eligió realizar el ex presidente Macri, muy recordada por los gestos secos y esquivos en la foto protocolar.

La visita oficial implica ser recibido por la Guardia Suiza, que la audiencia se desarrolle en la Biblioteca Privada del Pontífice y que la conversación no dure más de entre 20 y 25 minutos (con Macri fueron 22). A diferencia de la visita de Estado, no hay discursos del Papa y del presidente y la versión de lo tratado solo suele darla el visitante, reveló Rubin.

Se cree que, de la misma forma que pasó con Juliana Awada, el Papa permita la presencia de Fabiola Yañez, pareja de Fernández, en el saludo final junto a toda la delegación. De esta manera, se vuelve a romper el protocolo que sólo permite estar a las esposas que están sacramentalmente casadas con los presidentes. Francisco y Fernández tendrán su reunión en privado, en la que nadie podrá intervernir.

A diferencia de los dos anteriores presidentes argentinos que visitaron a Francisco, el actual mandatario no pretende la sobreactuación de Cristina Fernández en sus siete reuniones, ni la distancia que marcó Macri en sus dos encuentros en el Vaticano

Pero acaso, Alberto Fernández, se fijó en la institución religiosa y vio sus beneficios a la hora de relacionarse con un jesuita, aunque hay posturas que la Iglesia y la historia de la orden religiosa sostienen de una forma muy rígidas, más allá de que el presidente tenga las mejores intenciones.