Política y Economía

Hizo mea culpa

Fernández, arzobispo de La Plata: «Hablamos poco del problema social»


El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, advirtió que la cúpula de la Iglesia en Argentina habla «muy poco sobre los problemas sociales» y que lo hace «con timidez, con miedo», al tiempo que desestimó que «alguno se haga cura para defender la macroeconomía liberal o los ajustes».

«Mi opinión es que los obispos actuales hablamos muy poco sobre los problemas sociales. Lo hacemos con timidez, con miedo a hacer el ridículo, y quizás con pudor debido a los propios errores y pecados de la Iglesia», afirmó Fernández.

En declaraciones al diario El Día, el purpurado consideró que «el asunto es que hoy en el poder mundial –político y mediático- tiene un fuerte predominio un pensamiento neoliberal que ciertamente rechaza que la Iglesia hable de cuestiones sociales y la prefiere encerrada en la sacristía».

Fernández, quien dijo sentirse «muy interpretado por los planteos espirituales, pastorales y sociales del papa Francisco» sostuvo que «los medios» parecen «responder completamente a ese paradigma, no sé si por algún interés económico, por alianzas de sus dueños o por pasiones políticas».

«De hecho, conviene hacer memoria. ¿Cómo se referían varios obispos al gobierno en épocas de Menem? Monseñor Laguna en los ’90 llegó a decirle a Menem y a Cavallo que el modelo neoliberal estaba funcionando ‘a un costo feroz’, o peor, ‘al costo de un millón de muertos’. Monseñor Rey expresó su voluntad de participar en un foro anti re-reelección.

Monseñor Piña le recordaba al gobierno la gente que no les había votado, ‘porque la mayoría lo pasa muy mal’ Y podríamos recordar igualmente otras frases muy duras de los obispos Hesayne, De Nevares, Novak o Di Stefano. Hoy somos mucho más suaves», subrayó. Asimismo, indicó: «Es evidente que hay un vuelco a la derecha neoliberal en los centros de poder mundial que tienen muchas posibilidades económicas de generar cambios culturales a través de ese magnífico recurso que son las redes sociales para quien sabe usarlas. El problema es que eso está unido a una mayor intolerancia y a un recorte en la libertad de opinión. No digo que sea declamado, sino que es lo que ocurre de hecho, y genera un nuevo miedo a opinar».

«En efecto, mi opinión es que los obispos actuales hablamos muy poco sobre los problemas sociales. Lo hacemos con timidez, con miedo a hacer el ridículo, y quizás con pudor debido a los propios errores y pecados de la Iglesia», añadió.

Por otra parte, subrayó: «Algunos no tenemos interés en quedar encasillados y presos de la grieta. Con respecto a las cuestiones sociales, nosotros nos ponemos inevitablemente del lado de los más débiles y perjudicados, pero no por una cuestión de oposición política (muchos opositores cambian sus ideas cuando les conviene)».

«Lo hacemos porque es lo que haría Jesucristo, y porque nos interesa cuidar la dignidad de los más desprotegidos. Yo no creo que alguno se haga cura para defender la macroeconomía liberal o los ajustes. Para eso que se haga economista o político. Es ineludible para la Iglesia ir más allá de las discusiones pseudocientíficas sobre economía, que muchas veces están llenas de dogmas laicos, y ponerse del lado de los más débiles, de los que no tienen las posibilidades de los grandes sistemas económicos y financieros. No me exijan que haga lo que no me interesa, lo que no es parte de mi vocación», remarcó.