Luis Espinoza era un trabajador rural y fue asesinado por la Policía en El Melcho (Simoca, Tucumán). Los cercanos a él pidieron por justicia luego de que las pericias comprobaran que el arma homicida era de un policía tucumano
El pedido de justicia por Luis Espinoza se hizo nuevamente presente gracias a los familiares del trabajador rural desaparecido durante un operativo policial realizado en la localidad tucumana de Simoca y que fue hallado sin vida en Catamarca una semana después. “El policía que disparó no es el único culpable, (los detenidos) actuaron en complicidad, planearon cómo hacer para llevar lejos a Luis y tirar su cuerpo”, dijo a los medios locales Patricia Cuevas, cuñada de Espinoza. El pedido de prisión perpetua fue el grito de los cercanos.
Ayer, fuentes de la investigación informaron que los resultados de los peritajes realizados en el Laboratorio de Criminalística del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) determinaron que la bala que impactó en uno de los omóplatos de la víctima salió de un arma reglamentaria Jericho calibre 9 milímetros que pertenece al oficial José Morales y que fue secuestrada en el marco de la causa.
Para realizar las pruebas, los especialistas utilizaron un microscopio del comparador balístico, que permitió analizar el plomo y las vainas servidas que fueron levantadas de la escena donde fue visto por última vez Espinoza, antes de ser encontrado asesinado.
El oficial Morales se encuentra detenido junto a otros siete policías de la seccional de Monteagudo y dos civiles, un vigilador comunal y el hermano de uno de los efectivos.
“Son todos cómplices de la muerte de Luis, necesitamos que se haga justicia, que sea perpetua para todos y que con el paso del tiempo no salgan de a uno de la cárcel” señaló Cuevas, quien añadió: “Pasan los días y la familia está destruida, es muy doloroso para sus hijos, su esposa y su madre que lo espera”.
De acuerdo a lo que consta en el expediente y a lo que declaró el hermano de la víctima, el 15 de este mes el trabajador rural fue golpeado por la policía y luego llevado a rastras hasta un monte, tras un operativo realizado durante un festival de caballos cuadreros en el paraje de Melcho, de la ciudad de Simoca.
Desde ese momento nada más se supo de él durante una semana, hasta que el 22 de mayo su cuerpo baleado en la espalda fue hallado en la provincia de Catamarca, a 200 metros del límite con Tucumán.
La fiscal sostiene que el hombre fue asesinado en Melcho, que luego su cuerpo fue trasladado hasta la comisaría de Monteagudo y, finalmente, descartado en Catamarca, donde fue arrojado por un barranco envuelto en plástico.
Además de Morales, por el crimen se encuentran detenidos el subcomisario Rubén Montenegro, el oficial José Morales, los sargentos René Ardiles y Víctor Salinas; los cabos Claudio Zelaya, José Paz y Miriam González; el agente Esteban Rojas González, el vigilador comunal Sergio Santillán y otro civil, que es hermano de uno de los efectivos.