Los problemas están vinculados a la pesca ilegal, la sobrepesca y la minería submarina sobre el ecosistema de océanos y mares
Por Natalia Concina – Télam
El fotógrafo marino y activista ambiental Nicolás Marín Benítez, quien es explorador oficial de la National Geographic desde los 21 años, advierte sobre los efectos de la pesca ilegal, la sobrepesca y la minería submarina sobre el ecosistema de océanos y mares y, en diálogo con Télam, asegura que «los sectores populares son los primeros en sufrir las consecuencias de los problemas ambientales».
Este joven, que participó en la reciente conferencia mundial «Our Ocean Panamá 2023», nació en 1999 en la localidad de San Miguel, en el noroeste del conurbano bonaerense, y creció mirando documentales sobre el océano pero, según cuenta, «lo más cerca que tenía era Mar del Plata y no se bucea allí; además en mi familia nadie se dedicaba a eso, así que era un sueño muy lejano».
Luego de jugar muchos años al tenis, cuando a los 18 tuvo que definir a qué se dedicaría el temor de no poder ser «un jugador profesional» lo hizo incursionar en otros rubros -como fotografía, publicidad, marketing, etc.- hasta que un aviso en el lugar donde estudiaba de un proyecto de restauración de corales y escuela de buceo que buscaba fotógrafo submarino lo llevó donde quería estar: en el océano.
«Ahí comenzó mi historia con el mar. Empecé a conocer las problemáticas ambientales y de a poco me fui comprometiendo cada vez más. En 2021 mandé mis trabajos a la National Geographic y me eligieron como uno de los 25 exploradores del mundo. Cuando quedé seleccionado se me rompió la Matrix, no lo podía creer porque los exploradores que yo conocía eran más grandes y yo tenía tan sólo 21 años. Y hoy en día sigo el recorrido», describe.
Con este apoyo, Nicolás comenzó a girar por el mundo para retratar lo que pasa adentro del mar y la vinculación entre las problemáticas ambientales y sociales se le volvieron cada vez más evidentes.
«Las problemáticas ambientales están estrechamente vinculadas a las problemáticas de los sectores populares y, de hecho, las comunidades son las primeros en sufrir las consecuencias», asegura.
Y para dar un ejemplo concreto describe: «En estos últimos años pude ir a documentar la pesca ilegal en la costa africana. Entre 2016 y 2020 se encontraron más de 20 mil cuerpos de personas tratando de ir a Europa desde Senegal. Y esto no es porque la gente quiere vivir en Europa porque sí, sino porque no hay peces en el mar senegalés, que era el principal medio de vida de las comunidades costeras desde los 80, después de una gran sequía. Y hoy no tienen un solo pez».
«Entonces -dice- cuando uno habla de pesca ilegal o sobrepesca, no está hablando sólo de la ruptura del ecosistema marino, sino de comunidades enteras afectadas. Si no vinculamos los temas ambientales a las problemáticas sociales es un discurso completamente vacío, porque las sociedades, todos nosotros, vivimos en un ambiente en el que generamos problemas y luego los sufrimos».
Hace unas semanas, Nicolás fue elegido para participar en «Our Ocean Panamá 2023», una conferencia mundial que se realizó entre el 2 y 3 de marzo con el propósito de llegar a acuerdos para ampliar las áreas costeras protegidas y combatir la pesca ilegal y otras amenazas al ecosistema marino.
«Las problemáticas de los océanos son muchas: contaminación por plástico, por hidrocarburos, sobrepesca, pesca ilegal, la necesidad de expansión de las áreas marinas protegidas, y, lo más urgente actualmente es frenar la minería submarina porque es una actividad de la que no conocemos las consecuencias; ni los científicos pueden dar respuestas sobre qué pasaría; entonces es probable que se generen daños irreversibles», sostuvo.
El joven señaló que de Latinoamérica, Argentina, México y Brasil no se han expresado en contra de la actividad lo que para él constituye un problema: «Lo que pretende hacerse a nivel mundial es una exploración en busca de oro y litio y para hacer un mapeo de donde se encuentran estos metales. Casi no conocemos el fondo del océano, pero ya se está pensando cómo explotarlo», dice con preocupación.
Sobre la pesca ilegal, Nicolás refirió a lo que sucede en la denominada milla 201: «Hasta la milla 200 en Mar Argentino, pero a partir de la 201 son aguas internacionales; allí se instalan los buques, mayormente de origen asiático y europeo, que tienen refrigerantes y estaciones de combustible entonces se van sólo cuando depredan todo», describe.
«La problemática de los plásticos es algo que se ve muchísimo, siempre aparece algún plástico cuando te sumergís. Y otro problema es el vertido de hidrocarburos en los océanos porque los plásticos se podrían sacar pero los hidrocarburos es prácticamente imposible», sostiene.
En julio de 2021, Nicolás fue uno de los expositores en las audiencias públicas dispuestas por el partido de General Pueyrredón por la actividad de exploración y -eventualmente- extracción de petróleo en la plataforma submarina argentina, en una zona ubicada a poco más de 300 kilómetros de la ciudad de Mar del Plata.
«El CAN 100 (donde está planeado hacer la exploración) es candidata a zona protegida por la diversidad de especies que alberga (…) Actualmente se realizan exploraciones sísmicas en muchos lugares y como fotógrafo me tocó ver ballenas muertas en la costa de nuestro mar y eso es sólo una ínfima parte del problema», dijo durante la audiencia Nicolás.
«En algún momento pensamos que lo íbamos a detener porque de hecho esta actividad está en contra del Acuerdo de Escazú (un acuerdo regional sobre el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe); pero siguen avanzando. Entonces, lo que vemos es que es importante que se hagan leyes y tratados internacionales pero con eso sólo no alcanza, las comunidades tienen que movilizarse», concluye.