Partidarios señalan a las fuerzas de seguridad como responsables del crimen y le achacan razones políticas
Los fallecidos por las protestas convocadas durante los últimos días por el asesinato de un reconocido artista etíope ascienden a al menos 239 personas mientras que la cifra de detenidos superó los 3.500, informó este miércoles la policía local.
Hachalu Hundessa fue asesinado a tiros el 29 de junio en Adís Abeba, en un crimen en el que sus partidarios señalan a las fuerzas de seguridad como responsables y le achacan razones políticas. No obstante, hasta el momento no hay información oficial sobre las circunstancias en que se produjo el crimen que disparó una espiral de violencia que causó centenares de muertes en diferentes puntos del país, informó Europa Press.
Al menos 229 personas, entre ellos nueve soldados, murieron en la región de Oromía durante las manifestaciones, informó el jefe de la comisión policial de la región, Mustefa Tadir, a Walta Info, un medio vinculado al Gobierno etíope. Además, ocho residentes y dos policías murieron en la capital, Adís Abeba, desde el inicio de las protestas, mientras que 3.500 personas fueron detenidas en relación con la violencia, según la policía.
La detención del principal líder opositor oromo, Bekele Gerba, y del magnate de medios Jawar Mohammed, luego del crimen por ser los supuestos instigadores de las protestas reavivó las denuncias de persecución. El ambiente tanto en la capital como en Oromía sigue siendo tenso pero tranquilo y el servicio de Internet permanece suspendido desde hace nueve días para desalentar la organización de protestas mediante las redes sociales.
Hundessa era un referente cultural de la etnia oroma y había permanecido detenido durante un lustro por participar de protestas y estaba amenazado de muerte por su participación en diferentes luchas sociales. Entre 2015 y 2018, los oromos encabezaron una ola de protestas masivas para pedir dejar de ser relegados, política y económicamente. Fueron años de violencia, mucha sangre y represión.
Hundessa fue la voz de los reclamos y las denuncias de la generación de jóvenes oromos que salió a las calles en esos años. Las protestas finalmente consiguieron en 2018 el fin del gobierno y la asunción como premier de Aby Ahmed, un dirigente oromo que al año siguiente obtendría el premio Nobel de la Paz por resolver las disputas fronterizas con Eritrea y terminar años de belicosidad.