Por Ariana Operti
Estudiantes y docentes de la Facultad de Ciencias Bioquímicas de la Universidad Nacional de Rosario elaboran un yogur probiótico que darán en merenderos de la ciudad. Se trata de un proyecto de extensión universitaria que se encuentran desarrollando desde hace seis meses. CLG dialogó con Ignacio Baud, de la licenciatura en Química, quien explicó de qué trata la ‘Misión kéfir’.
El proyecto fue iniciativa del Movimiento universitario Evita y unos siete estudiantes junto con un docente fueron quienes comenzaron a trabajar en el mismo. Al día de hoy, son 20 alumnos que tienen «contacto con media docena de profesores que tienen ganas de ayudar». A su vez, se está pronto a firmar un convenio con la Facultad de Exactas de la Universidad de La Plata. «Ellos tienen un proyecto similar desde hace diez años. Nos transfieren ciertos datos que tienen y nos ayudan», manifestó Baud.
El mismo se basa en la producción del yogur probiótico realizado con kéfir, que es «un conjunto de bacterias-levaduras que se reproducen en leche mediante la fermentación de la lactosa y la transforman en yogur». Luego de un proceso de filtrado donde se retira el kéfir, quedan ciertas bacterias. «Estas van a influir mejorando la flora intestinal, lo cual tiene beneficios en el sistema inmunológico y digestivo de quienes lo consumen», contó ‘Nacho’.
El gránulo crece y se reproduce. «Es inmortal o no se termina nunca, a medida que se consume se tiene más kéfir», agregó.
Un vaso aporta vitamina B2 y disminuye la infectividad de parásitos y microorganismos asociados a enfermedades transmitidas por alimentos, como los que pueden causar diarreas. Su consumo diario mejora la digestión y absorción de nutrientes de los alimentos, fortalece la flora intestinal, regula la respuesta del sistema inmune y posee un bajo contenido de lactosa. Además, se trata de un alimento seguro ya que se encuentra descripto en el Código Alimentario Argentino.
¿De qué trata la Misión Kéfir?
Además de producir el yogur, el grupo de estudiantes decidió darle una «perspectiva social» al proyecto. Es por ello que su objetivo es «crecer y abastecer» a distintos merenderos de la ciudad.
«Ahora estamos en etapa de reproducción del probiótico para llegar a la cantidad necesaria para el primer merendero, que se encuentra en barrio Triángulo», comentó el alumno. «Estamos tratando de ayudar desde nuestro lado a ‘los últimos de la fila’, que son los que peor la están pasando hoy en día», justificó.
Entendiendo que es necesario garantizar una alimentación buena tanto en calidad como en cantidad para la población, quienes forman parte de esta misión encontraron en el yogur elaborado con kéfir, la manera de colaborar con la causa.
«En algo que tiene mucho futuro, tiene el aval de la facultad y cada vez más docentes se suman. Somos estudiantes de todos los años y carreras, aunque está más enfocado a Bioquímica, Biotecnología y Licencitura en Alimentos, pero pueden participar estudiantes de cualquier carrera y año. Para el nexo social, e incluso para la etapa de reproducción, no es necesario tener conocimiento académicos», manifestó Baud instando a sumarse a la iniciativa.