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«Estoy perfectamente bien»: Bolsonaro, presidente de Brasil, tiene coronavirus


Bolsonaro se está tratando con hidroxicloroquina, pese de que no se ha comprobado su efectividad para combatir el virus

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tiene coronavirus Covid-19. El propio mandatario, de 65 años, confirmó en conferencia que el test por coronavirus dio positivo.

La alarma sobre el estado de salud del mandatario saltó el lunes cuando el presidente comentó que se había realizado una placa en los pulmones y se iba a hacer un test del covid-19.

Como lo adelantó CLG el lunes por la noche, el mandatario dio positivo.

Según informó CNN Brasil, Bolsonaro se sentía mejor durante la mañana y la fiebre había bajado a 36º, frente a los 38º que presentó el lunes.

El presidente se está tratando con hidroxicloroquina, un fármaco del que es un fiel defensor, pese a que no se ha comprobado su efectividad para combatir el virus.

«Estoy perfectamente bien»

Jair Bolsonaro, informó que dio positivo la prueba de coronavirus a la que había sido sometido, pero afirmó que se siente «perfectamente bien».

«Dio positivo, dio positivo», dijo Bolsonaro, de 65 años, a canales de TV en el Palacio de la Alvorada, en Brasilia, tras lo cual, no obstante, aclaró: «Estoy perfectamente bien». El presidente brasileño dijo que se hizo el test anoche luego de haber comenzado el domingo con una «seria indisposición». El cuadro se agravó ayer con «malestar, cansancio, un poco de dolor muscular» y 38 grados de fiebre, agregó el mandatario.

Pese a que una tomografía hecha ayer por la tarde en el Hospital Militar no mostró nada anormal, la persistencia de los síntomas hizo que se resolviera hacer la prueba de coronavirus, explicó.

Bolsonaro dijo que anoche se medicó con cloroquina, una droga para la malaria que no se recomienda para el coronavirus, y con el antibiótico azitromicina, y que luego de una segunda dosis de cloroquina, esta madrugada, ya sintió una mejoría. Agregó que, aunque se siente bien, deberá tomar una serie de medidas «protocolares para evitar contaminación a terceros».

Dijo que había recibido el resultado del test hacía una hora y que decidió hacerlo público para que no hubiera ninguna duda sobre su estado:

«Estoy en el frente de combate. Yo no huyo de mis responsabilidades», dijo.

Bolsonaro ha sido duramente criticado por minimizar la gravedad del coronavirus, al que varias veces calificó de «gripecita» pese a que la enfermedad ha hecho estragos en el país a su cargo.

Líder negacionista

El jefe de Estado de Brasil, uno de los pocos líderes mundiales negacionistas del peligro de la enfermedad, que además rechaza las medidas de aislamiento social, iba con mascarilla cuando se acercó a sus seguidores, con los que se tomó fotos, aunque intentó guardar algo de distancia por precaución.

Bolsonaro se sometió anteriormente a otros tres test para detectar si había contraído el virus, que en Brasil ya deja 1,6 millones de infectados y cerca de 65.500 fallecidos, pero en todos ellos dio negativo.

Los resultados de los tres análisis, que según el mandatario habían dado negativo, pero que siempre se negó a difundir en su integridad, fueron exigidos ante la Justicia por el diario O Estado de Sao Paulo, bajo la alegación de que, por tratarse del jefe de Estado, tienen «interés público».

Tras un largo camino judicial, un juez de la Corte Suprema determinó en mayo la divulgación de los exámenes, en los que efectivamente el resultado era negativo para los tres.

Esos exámenes le fueron realizados en marzo, tras una visita oficial a Miami, donde se reunió con su homólogo estadounidense, Donald Trump, que también ha minimizado la gravedad del coronavirus y rechazado las cuarentenas pese a que su país es el más afectado por la pandemia.

La mitad de la comitiva que acompañó a Bolsonaro a Estados Unidos, formada por unas 40 personas, dio positivo para Covid-19.

Bolsonaro, que considera un «crimen» las cuarentenas porque, según él, son una ruina económica para el país.

Con esta postura, viene subestimando la enfermedad y contrariando las recomendaciones sanitarias a nivel global desde el inicio de la crisis sanitaria en el país, hoy el segundo del mundo con más muertes y casos.

Durante la emergencia y con las medidas de distanciamiento vigentes, el presidente brasileño se paseó en medio de la gente en barrios de Brasilia para conversar con los vecinos, muchas veces sin mascarilla, que es obligatoria en la capital de ese país.

También participó en varias manifestaciones a favor de su Gobierno y en las que se pedía el «cierre» del Congreso y el Parlamento mediante una «intervención militar» que le mantuviera a él en el poder y que provocaron aglomeraciones.