Mariana García, coordinadora del Grupo de Estudios de Migraciones de la UNR, dialogó con CLG sobre el tema. Indicó que en la ciudad y en el país "hubo situaciones de emergencia"
La pandemia generó una grave crisis económica en todo el país, que también se siente en Rosario. En este marco, quienes trabajaban en tareas informales forman parte de los sectores más afectados. Mariana García es coordinadora del Grupo de Estudios de Migraciones de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y le dijo a CLG que “la situación de la pandemia en Rosario y en todo el mundo, agravó la situación migrante. La población migrante es muchas veces vulnerable, porque suele haber situaciones de trabajo irregular, de precariedad laboral o estudiantes que vienen y dependen de las remesas que les envían de sus países de origen. La situación de salud es muchas veces precaria”.
En este sentido, García destacó que las personas que trabajan en la venta ambulante en las calles rosarinas o en diversos servicios que quedaron suspendidos durante el aislamiento estricto, estuvieron en “situación de emergencia”. “Al cerrarse todo por la pandemia, como a los argentinos, les afectó en su economía personal”, añadió.
Durante estos ocho meses, la especialista en migración explicó que “se activaron diversas redes” de contención y resolución de estas situaciones, que funcionaron muy bien. “Hubo una iniciativa muy interesante de la Cruz Roja, apoyada por el Banco de Alimentos de Rosario (BAR), organismos internacionales y asociaciones de colectividades, que consistió en brindar asistencia alimentaria y muchas veces psicológica en época de pandemia”, detalló.
Además, los organismos estatales que competen a la cuestión migratoria, como el Registro Nacional de las Personas (Renaper), la Municipalidad, el Ministerio de Trabajo o la Dirección Nacional de Migraciones, atendieron en forma online y algunas oficinas ya retomaron la atención presencial. “La pandemia nos demostró que existen hoy en día, formas y modos de resolver de modo virtual, todo lo que tiene que ver con documentación, que sería importante que fuera implementado de modo urgente, porque las situaciones de emergencia no esperan”, consideró García.
“Sería muy importante la regularidad migratoria, que aporta a la salud, aporta a la educación, a la ciencia. También es clave la regularidad laboral, para que sepamos cuál es la población que habita la República Argentina, que habita Rosario, quiénes somos, cómo estamos y cómo podemos proveer políticas públicas para la defensa de los Derechos Humanos, de la salud y de la educación de todos”, concluyó.
Encuesta 2020
Este año se lanzó la Primera Encuesta Nacional Migrante, “una iniciativa de un conjunto de organizaciones que integran en el Conicet el Eje Migración y Asilo de una red que está orientada a la resolución de problemas entorno a los Derechos Humanos (DDHH)”.
Según expresó García, “esta encuesta surgió como una prueba piloto durante la pandemia, con participación de 1.500 migrantes” y permitió establecer “un diagnóstico base de cuál era la situación de necesidad de algunos migrantes durante la pandemia”.
Asimismo, tiene como objetivo recabar información de forma permanente y la idea es que se realice de forma anual, complementando la información del censo y de la encuesta permanente de hogares. “Este año se suspendió el censo, por lo tanto el censo de 2010 no presenta la realidad migrante en la República Argentina. Hay muchas corrientes migratorias nuevas, como haitianos o venezolanos. Es muy importante poder recabar información certera que nos permita construir un diagnóstico”, analizó García.
Por otra parte recordó que la encuesta, a la que se accede mediante un link hasta el 30 de noviembre y se completa en pocos minutos, es anónima. “Si existe algún miedo o resquemor sobre compartir datos, es absolutamente anónimo. Es muy importante la participación de todos los migrantes, para poder conocer la situación de la población migrante en la Argentina. La iniciativa apunta a construir políticas públicas con un enfoque de DDHH. La encuesta en sí tiene un enfoque de DDHH. Lo prioritario es respetar el Derecho Humano a migrar”, aseguró la especialista.
Grupo de Estudios sobre Migraciones de la UNR
Respecto al grupo de estudios que coordina, García contó que el Grupo de Estudios sobre Migraciones de la UNR funciona desde hace diez años estamos trabajando “con una perspectiva en torno a la migración, que tiene que ver con que migrar es un derecho, pero que también es un impulso humano tan ancestral como el de asentarse” y que “por lo tanto, hay que naturalizar la idea de la migración”.
“Trabajamos tanto en investigaciones para construir información que vaya en contra de los prejuicios, la xenofobia y la discriminación, como para manejarnos con datos reales. Argentina es un país de migración. No sólo porque venimos de los barcos sino porque todos tenemos alguna ascendencia migrante o muchos migramos, sobre todo en estos últimos años son muchos los argentinos que también deciden partir a construir un destino en el exterior. Esta idea de que todos en algún momento de nuestras vidas migramos, nos trasladamos de un lugar a otro a reproducir nuestra cotidianeidad y nuestra existencia, debe ser una idea normalizada, naturalizada”, destacó.
Además, García consideró que “Rosario es una ciudad migratoria, todos descendemos de algún tipo de migrantes en Rosario” y recordó que “la ciudad tiene su fiesta característica que acaba de ser realizada de manera virtual en los últimos días, que es una fiesta de la migración, es una fiesta de las más importantes del país y es identitaria de la ciudad”.
“Nuevas corrientes migratorias internas e internacionales nutren el desenvolvimiento dinámico de esta ciudad, desde el punto de vista cultural, económico, científico. El aporte de la migración es permanente”, agregó.
En los últimos años, según estudió el grupo de investigadores de la UNR, Rosario ha recibido estudiantes migrantes de Haití, de Brasil; trabajadores migrantes, empresarios migrantes provenientes de China. “Es una ciudad receptiva a la migración, obviamente con focos de discriminación y prejuicio, que se pueden deconstruir con diálogo y con conocimiento científico. La idea del Grupo de Estudios sobre Migraciones, que funciona en el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencia Política, es contribuir a eso”, finalizó.