Las enfermedades cardiovasculares son preocupación de muchos. Saber qué son, cómo se combaten, cuáles son sus tratamientos y qué se puede hacar para evitarlas suele ser la mejor forma de prevenirlas
Las enfermedades cardiovasculares son preocupación de muchos. Saber qué son, cómo se combaten, cuáles son sus tratamientos y qué se puede hacar para evitarlas suele ser la mejor forma de prevenirlas
Prevenir una cardiopatía es posible en cierta medida. Nunca se puede eliminar el riesgo por completo, pero sí podemos tomar determinadas medidas que contribuyen a disminuir la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares.
La mortalidad por estas patologías ha ido en franco descenso en el último tiempo, aunque siguen siendo las causas más frecuentes de muerte. Las dos entidades más representativas son la enfermedad cerebrovascular y la cardiopatía isquémica.
Alrededor del 30% de todas las muertes que suceden a diario en el mundo corresponden a eventos cardiovasculares. Eso da cuenta de la importancia de estas afecciones en la carga global de enfermedad.
Y no podemos decir que se trata sólo de un problema de países industrializados y ricos. Aunque existe la creencia de que las cardiopatías afectan sobre todo a los grupos de alto poder adquisitivo, lo cierto es que la mayor carga de mortalidad la tienen los países de ingresos bajos.
¿Cuáles son las enfermedades cardiovasculares?
Para saber cómo prevenir una cardiopatía debemos identificar primero cuáles son. Las cardiopatías son un conjunto de patologías englobadas dentro de la categoría de enfermedades cardiovasculares, de las cuales las más frecuentes son:
- Enfermedad cerebrovascular: se afectan los vasos sanguíneos del cerebro.
- Cardiopatía coronaria: localizadas en los vasos que irrigan el músculo del corazón.
- Trombosis: es la formación de coágulos en los conductos sanguíneos. Si el coágulo se queda en el lugar es un trombo, pero si se desprende y viaja a otro sitio del sistema circulatorio es un émbolo.
- Arteriopatía: son distintos cuadros clínicos que afectan las arterias de los miembros.
- Otras cardiopatías: aquí tenemos, por ejemplo, la de origen reumático y las congénitas. Las primeras se derivan como complicación de la fiebre reumática, y las segundas están presentes desde el nacimiento.
Factores de riesgo de las cardiopatías
Entender cómo prevenir las cardiopatías exige saber cuáles son los factores de riesgo que nos hacen susceptibles de padecerlas. Para las enfermedades cardiovasculares, los factores de riesgo se clasifican en no modificables y modificables.
- Factores de riesgo inmodificables
Son aquellos contra los que no podemos hacer nada, específicamente. La edad, por ejemplo, es un factor no modificable. También lo son el sexo y la pertenencia a un cierto grupo étnico.
Científicamente está demostrado que los mayores de cuarenta años tienen más riesgo, así como los varones más que las mujeres. Otro factor de riesgo no modificable es la herencia familiar, es decir los antecedentes de padres, abuelos y hermanos de padecimiento cardiológicos.
- Factores de riesgo modificables
Sobre estos factores sí podemos incidir con cambio de hábitos o con medicación que ayude a controlar. De ellos hablaremos con más detenimiento, y son, por ejemplo,el tabaco, la diabetes y el colesterol sanguíneo.
Cómo prevenir una cardiopatía con medidas médicas
Hay enfermedades y condiciones físicas que favorecen la aparición de las cardiopatías. Para prevenir un evento cardiovascular mayor, a veces es necesario fijar un control estricto de estas situaciones previas que pueden derivar en mortalidad.
Una de estas situaciones es la hipertensión arterial. Se trata de una enfermedad silenciosa que, a largo plazo, disminuye el flujo sanguíneo al corazón exigiéndolo de más en su trabajo de contracción y relajación.
El resultado final puede ser un infarto agudo de miocardio. Para los hipertensos es fundamental mantener los valores de las cifras tensionales dentro de lo considerado normal.
La diabetes mellitus es otra enfermedad que debe controlarse para prevenir una cardiopatía. En la diabetes se encuentra aumentada la cantidad de glucosa que circula en la sangre. Este aumento sostenido daña las arterias con la consecuencia final de un menor riego sanguíneo en diversos órganos.
Los valores de colesterol en el suero plasmático requieren una vigilancia, por lo menos anual, en sujetos adultos sanos, y más frecuente en personas con riesgo cardiovascular.
Cuando el colesterol está elevado, se deposita en las arterias formando placas que no solo reducen la oxigenación de los tejidos, sino que también pueden romperse. La rotura de las placas se conoce como accidente de placa y está en la base de la génesis de los infartos.
Para todas estas situaciones se requiere intervención médica que controle, medique y realice el seguimiento adecuado. A veces con medicación y, otras veces, con la aplicación de conductas y hábitos.
Prevenir una cardiopatía con cambio de hábitos
Hay un punto donde los medicamentos tienen poco que hacer, y ese punto es el cambio de hábitos. Si bien la farmacología ayuda mucho a controlar las enfermedades cardiovasculares, se vuelve preciso que el paciente se comprometa en un cambio profundo de estilo de vida.
Los estudios científicos, a lo largo del tiempo, han demostrado que las siguientes medidas son capaces de reducir el riesgo cardiovascular notablemente:
- Abandonar el tabaco: es de público conocimiento que el tabaquismo genera mortalidad cardiovascular y pulmonar.
- Bajar de peso: la obesidad y el sobrepeso se asocian a hipertensión arterial, diabetes y elevación del colesterol.
- Realizar ejercicio: con la regularidad de tres sesiones semanales, separadas por un día en medio, y de alrededor de cuarenta minutos cada una, se reduce notablemente la posibilidad de una cardiopatía.
- Dieta saludable: la mentada dieta mediterránea es una opción válida para el control de la hipertensión, de la diabetes y del colesterol.