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En memoria de Mugica, curas villeros rezaron por los vecinos en medio de la pandemia


Recordaron las últimas palabras del padre asesinado: "Sabemos que debemos estar, ahora más que nunca junto al pueblo"

El Equipo de Sacerdotes de Villas de Emergencia de Capital y Gran Buenos Aires realizó este martes la oración por el 46º aniversario del asesinato y martirio del padre Carlos Mugica. Considerando el contexto mundial, oraron por la pandemia y leyeron un comunicado sobre cómo impacta en los barrios populares. El mismo se tituló: «Seguimos necesitando una presencia inteligente del Estado».

«El covid-19 está pegando fuerte en nuestros barrios, en este aniversario del padre Mugica, los curas que vivimos en las villas y barrios vulnerables renovamos nuestro compromiso a nuestros vecinas y vecinos», comenzaron. Y agregaron: «Seguimos aprendiendo de gente tan acostumbrada de adaptarse a nuevas y difíciles situaciones, ellos y ellas aceptan la buena decisión del gobierno de hacer la cuarentena».

Además, recordaron las últimas palabras del padre Mugica: «Sabemos que debemos estar, ahora más que nunca junto al pueblo». «En líneas generales las políticas del gobierno están enfocadas a la población en general, entendemos que es necesario a hacer foco en los barrios populares», solicitaron.

«Con el tiempo va creciendo el contagio en los barrios populares, esperamos que no se den situaciones discriminatorias», detallaron. A lo que añadieron: «La realidad se nos vino encima, hay lugares con serios problemas de falta de agua. Nos preocupa el hacinamiento y abandono en cárceles, las limitaciones del sistema de salud, la asistencia comunitaria sostenida y necesidades complejas que surgen con las pérdidas de las changas y actividades de nuestros vecinos».

«Son tiempos de hablar con hechos, ausentarnos de los barrios populares sería colaborar para que crezca la injusticia existente», enfatizaron. «Nos hace bien ver cacerolas que alimentas a los vecinos. Los pobres nos enseñan que los tiempos difíciles son para unir», remarcaron.

Asimismo, pidieron: «Necesitamos que el Estado actualice su presencia en los barrios, de acuerdo a las diferentes cuestiones y dificultades: seguridad, salud, educación y limitaciones de conectividad. Muchos chicos no pueden hacer la tarea a pesar del esfuerzo de los docentes, es preocupante la realidad de nuestros adultos mayores y quienes tienen problemas de salud». De todas maneras, enfatizaron: «Valoramos la dedicación del personal de salud de nuestros barrios. Es preciso que se destine lo necesario para que no colapse el sistema de salud». A su vez, señalaron: «Hace falta tener espacio para hermanos y hermanas que están en el consumo de drogas».

Finalmente, aseveraron: «Hace más de 50 años Mugica y sus compañeros, fundaron el equipo de sacerdotes para las villas. Hoy los curas coordinamos acciones para las comunidades de nuestros barrios. Hoy hay más presencia del Estado que en aquella época, pero es insuficiente».

Mugica, asesinado el 11 de mayo de 1974 por integrantes de la Triple A, se convirtió en un símbolo en el compromiso de la Iglesia Católica en los barrios populares.

El video completo

https://www.facebook.com/guillermopablo.torre/videos/3471503539540666/

Momento de oración

La oración fue guiada por el padre Guillermo “Willy” Torre, párroco de la parroquia Cristo Obrero, del Barrio 31. Cada uno de los sacerdotes presentes ofrendó una vela prendida como símbolo “para mantener encendida la esperanza entre tantos sufrientes de nuestros barrios”.

Se rezó una oración del padre Mugica y que recopiló el padre Vernazza en el libro “Una vida por el pueblo”:

La bendición final la impartió monseñor Gustavo Carrara quien puso en alto las reliquias del padre Carlos Mugica: “Que la bendición del padre Carlos llegue hasta los que más sufren y nos siga comprometiendo con ellos en el servicio”.

Los sacerdotes cerraron la transmisión cantando con voces templadas una canción cuyo autor fue un vecino de la Villa 31 que la escribió para el primer aniversario de la muerte del padre Mugica: “Carlos Mugica no ha muerto / vive en nuestra hermandad”, dice en su estribillo.