Opinión

En la Argentina se hacen videojuegos y es una realidad laboral de miles de personas


Por Mauricio Navajas, presidente de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentinos (ADVA).

Según el Observatorio de la Industria Argentina de Videojuegos, con sede en la Universidad Nacional de Rafaela, durante el 2018, el desarrollo local recaudó 76,5 millones de dólares. Un 46% más que el año anterior.

Datos que no son casuales y les voy a contar por qué.

Hace poco más de un lustro, la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentinos (ADVA) encaró un plan de federalización con el fin de descentralizar la industria y de encontrar talentos por el interior del país. Claro, ahora las condiciones estaban dadas, la expansión de fronteras no podía esperar más.

Las herramientas de desarrollo se habían democratizado a nivel mundial gracias a un proceso que arrancó con Internet pero que se consolidó con la explosión Indie de 2008, a partir de la aparición de tiendas digitales como Xbox Live, Steam o PlayStation Network. Y, además, se empezaba a notar un esfuerzo conjunto entre el sector público, privado y académico a nivel nacional.

Así fue cómo llegaron a Córdoba y se armó un grupo de trabajo del que tuve la suerte de ser parte. La idea era formar capítulos de la Exposición de Videojuegos Argentina (EVA) en diferentes provincias y de esa forma fomentar el desarrollo, la creación de comunidad y, en consecuencia, una futura profesionalización en diferentes puntos del país con la ayuda de carreras que acompañaran y lo hicieran posible .

Hoy, unos años después, con ya varias EVAs descentralizadas sobres las espaldas de maravillosos equipos y con un crecimiento exponencial de la recaudación general de la industria, podemos decir que el plan viene funcionando bien, que en Argentina se hacen videojuegos, se brindan servicios, y que es una realidad laboral de miles de personas.

Los videojuegos ya no son ese sueño imposible al que apuntaban un par de amigos dentro de un garaje. Si se profundiza la articulación de políticas de visibilidad desde el Estado y se continúa con este camino sostenido en el tiempo desde el sector privado, no quedará más que seguir creciendo.

Estos últimos meses en aislamiento, donde el consumo de videojuegos a nivel mundial creció un 65%, no hizo más que demostrar que somos una industria flexible y adaptable a cualquier circunstancia. Pero no sólo por el aumento de las ventas antes mencionadas, sino porque nuestra filosofía de trabajo es moderna por naturaleza.

Estamos ante una industria que no se puede automatizar, que necesita de más recursos humanos, que se puede seguir desempeñando desde cualquier rincón del mundo y desde el confinamiento, y donde el alcance de lo que quieras expresar no tiene que ser necesariamente local.

Al día de hoy, ya casi terminando agosto y con más de cinco meses de cuarentena encima, el 68% de los estudios socios de ADVA encuestados, afirma que su rentabilidad va en aumento y que tienen pensado contratar nuevos recursos humanos para poder cumplir con la expectativas de trabajo a la que los enfrentó esta nueva realidad.

Por eso estoy convencido de que, a pesar de las desventajas económicas y geográficas, el desarrollo local está en franco crecimiento. Los sentidos nos incentivan y los números nos avalan. Sigamos por este camino. ¡Feliz día del Gamer!