"Tras la tragedia que ha asolado Beirut, mi pensamiento va a la población particularmente afectada”, aseveró Francisco
El Papa Francisco convocó hoy a una jornada de oración por el Líbano para este viernes, a un mes de las explosiones que dejaron unos 190 muertos en la capital, Beirut, al tiempo que pidió a los políticos locales que se comprometan «con honestidad y transparencia» en la reconstrucción del país.
«A un mes de la tragedia que ha asolado Beirut, mi pensamiento va a la población particularmente afectada», dijo el pontífice durante la audiencia general que encabezó en el Vaticano, la primera con fieles desde fines de febrero, cuando la pandemia de coronavirus obligó a la Santa Sede a prohibir el público en los actos.
«Líbano representa más que un Estado: Líbano es un mensaje de libertad, un ejemplo de pluralismo, tanto para Oriente como para Occidente. Para el bien mismo del país y del mundo, no podemos permitir que este patrimonio esté disperso», afirmó Jorge Bergoglio.
«Es por esto que deseo invitar a todos a vivir una jornada Universal de Oración y Ayuno por el Líbano, el próximo viernes 4 de septiembre», convocó.
Francisco hizo la convocatoria acompañado por un joven sacerdote del Líbano, Georges Breidi, quien con una bandera del país árabe rezó junto al pontífice al término de la audiencia en el Patio San Dámaso del Vaticano, en el primer cara a cara de Bergoglio con los fieles en más de seis meses.
«Invito a la comunidad internacional a sostener al país para ayudarlo a salir de la grave crisis sin estar involucrado en las tensiones regionales», insistió el Papa, que luego se dirigió a los ciudadanos de Beirut: «Tengan coraje, hermanos, la fe y la oración sean su fuerza. No abandonen sus casas ni su herencia. No hagan caer el sueño de aquellos que han creído en un país bello y próspero».
Además, el Papa anunció que enviará al secretario de Estado, Pietro Parolin, al país para mostrar, en su nombre, el apoyo al Líbano: «Irá para expresar mi cercanía y solidaridad», señaló el Papa sobre el cardenal italiano.
Tras las explosiones, Francisco ya había donado 250.000 euros a la Iglesia local para que ayude a la población afectada.