En un nuevo Día de la Bandera y en el marco de los 200 años de la muerte de Manuel Belgrano, CLG dialogó con el historiador Ignacio Martínez sobre la creación de la bandera y los ideales del prócer argentino
Libertad e Independencia: dos palabras que, a orillas del río Paraná, marcaron y le dieron forma a lo que hoy es la Argentina. Dos palabras que nacieron de la mente de un personaje inigualable de la historia de nuestro país, y que hoy, una vez más, se lo vuelve a recordar. El 3 de junio se cumplieron 250 años de su nacimiento, y en este Día de la Bandera se cumple nada más y nada menos que el bicentenario del paso a la inmortalidad de Manuel Belgrano, motivos que fueron suficientes para que el 2020 sea declarado «el año de Belgrano».
En el marco de esta más que especial fecha patriótica, CLG mantuvo una extensa charla con Ignacio Martínez, profesor de Historia en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario e investigador del Conicet, sobre una de las personalidades más importantes para el moldeo de una Argentina independiente: los ideales que Belgrano plasmó en la bandera, su idea de país y su muerte, ¿en la pobreza?
– En las últimas horas Jessica Belgrano, descendiente de sexta generación del creador de la bandera, dijo que le «gustaría que Belgrano tuviera más enemigos» porque «creía que el Estado debía garantizar la educación de varones y mujeres de todas la clases sociales». ¿Qué opinás al respecto?
– Todo discurso que habla del pasado trata de borrar un dato que es fundamental, que uno no está hablando del pasado, uno siempre está hablando de una imagen que desde el presente se proyecta hacia el pasado. Para darle verosimilitud, uno dice que está hablando de Belgrano, entonces se empieza a discutir cómo fue realmente Belgrano. Pero, en realidad a lo que ella se refiere es a la imagen de Belgrano. Claro que esa imagen no tiene enemigos, en gran parte porque se usó como un símbolo de la gesta patriótica. Esa gesta hoy se reconoce como el origen de un colectivo que es la Nación Argentina. Pero estamos hablando de muchas operaciones y muchos trabajos de interpretación posteriores. Que Belgrano esté asociado a esa gesta no es inmediato, fue una operación muy exitosa por parte de muchos historiadores, siendo Mitre uno de ellos. El propio Belgrano tuvo miles de enemigos, había mucha gente que decía que no había que formar una Junta, o que había que mantener al Virrey; tuvo enemigos cuando fue a Paraguay o a pelear al Noroeste. La verdadera batalla que Jessica Belgrano está planteando al decir esa frase es la de cuáles son los valores que tienen que orientar a la Argentina, no sobre Belgrano en sí, sino sobre la imagen de Belgrano simbolizando la patria y los valores que tienen que organizar la patria hoy. El Estado que podría pensar Belgrano en esa época es muy diferente al Estado de hoy, ya sea de un perfil de intervención o más liberal. Es el producto de dos siglos de evolución, de reflexión y de institucionalidad de Estado; estamos muy lejos de esa época.
– Entonces, ¿qué Argentina pensaba Manuel Belgrano?
– La educación en la que pensaba Belgrano era una educación al servicio del progreso material, que cuajaba en los modelos de la ilustración. Belgrano se planteaba objetivos en su acción, que era muy comprometida, nadie va a dudar de la entrega de Belgrano a una causa. Sería interesante reconstruir cuál era el horizonte de la causa en ese momento. En parte ese horizonte tenía que ver con su formación en España, que lo había entusiasmado mucho, era una nueva forma de entender cuál era el rol y el lugar del ser humano en el mundo. Antes se pensaba que el ser humano atravesaba este mundo simplemente para salvarse en el otro, pero en la época de Belgrano todas las realizaciones materiales comienzan a tener mucha más importancia a la hora de pensar la cosa pública y política. Por eso a él se lo denomina uno de los primeros economistas, porque pensaba qué es lo que tiene que hacer un gobernante: ¿asegurar la salvación espiritual o asegurar el progreso material del pueblo que gobierna? Empieza a ganar esa última idea, el gobierno debe asegurar el progreso material, lo que trae aparejadas otras virtudes morales como la industriosidad o que el desarrollo material cultiva la moral de un pueblo.
Cuando Belgrano llega a Buenos Aires después de formarse en la península hispánica llega como un funcionario de la Corona Española, y era la Corona la que proponía esas ideas para el desarrollo de las colonias, por supuesto de una forma desigual. En ese momento había una crisis de la monarquía en España y una crisis política en todo el territorio que manejaba la Corona. Entonces, Belgrano con otros más empieza a ver cuáles son las salidas políticas para llevar adelante este plan modernizador, y entonces se engancha en toda esta aventura de la Revolución».
– ¿Qué ideales creés que buscó plasmar Belgrano en la bandera argentina?
– La Bandera se creó en un contexto de guerra con las tropas realistas. Las tropas de Belgrano, que obedecen al gobierno revolucionario de Buenos Aires, dicen respetar la soberanía del Rey Fernando VII, que en ese momento estaba cautivo de Napoleón. Entonces se enfrenta a otras autoridades que están asentadas en Montevideo, que dicen que también respetan la autoridad de Fernando VII, pero al mismo tiempo obedecen a las autoridades de la Península, ahí está la diferencia con Buenos Aires. Cuando Belgrano llega a Rosario para construir las baterías, la misión que tiene es impedir que la flota realista de Montevideo se adueñe militarmente del río Paraná. La cuestión era cómo distinguir unas tropas de otras teniendo en cuenta que los uniformes eran los mismos y el idioma era el mismo. La primera medida era la escarapela, pero no estaba estandarizada. Al llegar a Rosario, Belgrano le envía a Buenos Aires la idea de estandarizar la escarapela y que sea celeste y blanca, lo que se aprueba. Entonces, Belgrano busca dar un paso más y hacer la bandera. La bandera es un estandarte que tiene una carga simbólica mayor que la escarapela, y además se da en un contexto en el que construye las dos baterías que fueron Libertad e Independencia. Hoy no sabemos qué sentido tenían esas dos baterías, eran ambiguas. No es descabellado pensar que en un proceso revolucionario, aprovechando una crisis, los territorios coloniales se trataran de independizar. Pero está en el plano de la ambigüedad porque en el momento de crear la bandera no hay una declaración de Independencia. Entonces, la bandera en el momento en el que se crea simboliza todo esto: la incertidumbre y la audacia de ir un poco más allá de lo que formalmente se dice en esa guerra. Después, como siempre, esta bandera en 1813 se convierte en una bandera de las tropas y una vez que en 1816 se declara la independencia, la bandera se convierte en el estandarte de una Nación independiente.
– ¿Por qué Belgrano murió pobre?
– La Revolución destruyó fortunas, tanto de los que se involucraron como de los que no. Cambió la relación económica en el territorio, que antes tenía su principal aliado económico en la Península Española, y luego pasó a ser Gran Bretaña y otras partes del mundo más desarrolladas económicamente. Estos cambios generan simbronazos. A eso hay que sumarle que Belgrano descuidó todo el aspecto de la actividad familiar, y se embarcó del todo en la Revolución. En esa época la sociedad estaba recién dejando los parámetros de lo que llamamos el antiguo régimen, la ubicación en la escala social no dependía sólo del patrimonio efectivo, sino también del color de la piel, la familia de la que uno provenía, y demás. Entonces, si desde los parámetros actuales miramos el patrimonio económico de Belgrano podemos decir que murió pobre, pero según los parámetros de la época eso no quería decir que Belgrano descendió a los últimos escalafones de la escala social: era blanco, no era hijo bastardo y pertenecía a una buena familia, eso no era pobreza. Entonces, nuevamente estamos frente a esos truquitos que hace la reconstrucción histórica cuando no es demasiado fiel.
– ¿Cuándo se empezó a tomar a Manuel Belgrano como el prócer y el símbolo patriótico que es hoy?
– La obra de Bartolomé Mitre «Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina» lo instala fuertemente como un símbolo de la historia nacional. La primera edición se publicó en 1859 y tuvo su última ampliación en 1889. Sin lugar a dudas, esa obra fue fundamental.
– Hasta el día de hoy sigue latente la discusión sobre si el nacimiento de la bandera fue en Rosario o en la provincia de Salta, ¿cómo fue realmente?
– Belgrano hace jurar a la tropa por la bandera en el río Pasaje en lo que es hoy la provincia de Salta. Es una discusión un poco estéril sobre quién se adjudica la paternidad real de la bandera argentina, si Rosario o la provincia de Salta. La bandera de Rosario es un gesto. Hoy no sabemos cómo era la forma de la bandera que se creó en Rosario y no sabemos cómo era la de ese juramento que le hizo dar a los soldados. Siempre hablamos de pasos simbólicos que se iban dando. Es un paso simbólico tan importante como otro, uno es el crearla y otro es el de ponerla al frente de un ejército que está luchando en el nombre de una Revoución.