Política y Economía

El gobierno de Alberto Fernández, rodeado de cruces y diferencias políticas


Referentes peronistas piden respaldo para el presidente y hablan de un momento clave en su militancia. Los cuestionamientos en relación a Vicentin y una carta de Bonafini que generaron innumerables cruces, incluso al interior del espacio político

Las últimas semanas han sido de mucho movimiento en el entorno del presidente Alberto Fernández, escenario de numerosos cruces, no sólo con la oposición, sino también al interior del Partido Justicialista (PJ). La intervención de Vicentin, la renegociación de la deuda, una reunión con empresarios el 9 de Julio, la carta en la que Hebe de Bonafini afirma haberse sentido dolida y agraviada, la respuesta del mandatario y del titular de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires son algunos de los puntos clave de tensión. Además, por estos días el país entra en el pico de la pandemia de coronavirus, una pandemia que a Fernández le tocó gestionar a pocos meses de haber asumido.

Referentes peronistas como Agustín Rossi, ministro de Defensa de la Nación, y Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo bonaerense, piden “cerrar filas” debajo de la figura de Alberto Fernández. Además, se hablan mucho de “desgaste” e “intentos de desestabilización”.

“Es un momento bisagra en el cual nuestra militancia, nuestra dirigencia política, tiene que cerrar filas debajo del Presidente. Desde mi lugar de militante, con respeto, les digo a mis compañeros/as que hoy la tarea más importante es bancar a Alberto. Con corazón y con cabeza. Por historia y por futuro. Simple y contundente», publicó Rossi en Twitter.

“Aparecen las expresiones más virulentas de determinados sectores opositores que buscan desgastar al Gobierno”, agregó el ministro. Al mismo tiempo, recordó que “el 1º de marzo el Presidente dio un discurso que fue casi fundacional y a los pocos días tuvimos el primer caso de coronavirus, que nos hizo postergar los planes de recuperación económica”.

En este sentido, enumeró que “no cualquier espacio político se recupera de la 125, o gobierna con la oposición que tuvimos en el Congreso entre 2009 y 2011 o supera la persecución que sufrió Cristina durante la gestión del macrismo”.

Rossi manifestó que, “en este nuevo escenario, el presidente intenta generar un marco de consenso en los temas fundamentales y nadie busca que no existan diferencias ideológicas. Nosotros necesitamos hablarle a los argentinos, que reclaman una dirigencia que se ocupe de resolver los problemas”.

Por su parte, Larroque pidió «paciencia» a los socios que cuestionan el rumbo del Gobierno: «Lo primero, hay que bancar a Alberto». Según el referente de La Cámpora, la coalición del Frente de Todos debería «aceitar la comunicación interna». «Le bajaría la tensión a las expresiones disonantes dentro de la coalición y que todos nos tengamos más paciencia», manifestó.

En medio de los pedidos de la militancia peronista de “bancar a Fernández”, salió a la luz la carta de la titular de Madres de Plaza de Mayo, quien se mostró molesta por la presencia de empresarios del G-6 y a Héctor Daer, de la CGT, en el acto del 9 de Julio pasado. «Nos sentimos agraviadas y heridas en lo más profundo de nuestro corazón, al ver que usted sentó en su mesa a todos los que explotan a nuestros trabajadores y trabajadoras, y a los que saquearon al país. Y lo más grave de todo: a los que secuestraron a muchos de nuestros hijos e hijas», decía Bonafini.

El presidente le respondió con tono conciliador a la referente de Derechos Humanos: «Queridas Madres, siempre las escucho y atiendo sus observaciones o reparos. Tengo plena conciencia de lo que ustedes han significado y significan para que seamos mejores como sociedad. Por eso, tengan la plena seguridad de que todas nuestras políticas tienen un objetivo central: construir la Argentina socialmente justa que aún soñamos».

«Ustedes saben muy bien que en la mesa de este presidente se sienta gente de empresas grandes, medianas y pequeñas, trabajadores y trabajadoras, movimientos sociales, estudiantes, jóvenes, nuestros científicos, todos y todas, porque esa es mi responsabilidad», añadió el presidente.

Al tema, también se refirieron Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y el titular de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi. Cortiñas resaltó que su «límite» es «sentarse con los genocidas» y afirmó que «Hebe no nos representa hace mucho tiempo».

Además, la dirigente histórica de Derechos Humanos aseguró: «La Argentina está llena de fachos, imagínate que van a protestar contra la cuarentena y terminan haciendo pintadas contra los pañuelos de las Madres».

Mientras que Gabbi generó polémica al decir: “En un país presidencialista el que maneja la lapicera es quien realmente gobierna, y si uno escucha a la señora Bonafini de ayer yo, que fui una de las personas que estuvo el 9 de Julio, me sentí muy mal, porque yo nunca secuestré a nadie, nunca dejé de pagar un sueldo, incluso en la pandemia, sin pedirle al Estado o nadie. El Presidente ha demostrado dos facetas: una, momento de moderación en el que él ejerce la lapicera; otro, cuando no es moderado y la lapicera la ejerce otro”.

Todo parece indicar es que hace alusión a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, rápidamente aclaró que tenía buena relación tanto con la ex presidenta, como con el fallecido ex mandatario, Néstor Kirchner.

Cabe recordar que, la crítica de Bonafini al presidente se produjo dos días después de que CFK recomendara por Twitter una nota de opinión del periodista Alfredo Zaiat, de Página/12, en la que se advertía que los empresarios del G-6 respondían a la «conducción política» del Grupo Clarín y de Techint.