El grupo está "cambiando (su) cadena de abastecimiento en petróleo crudo para retirar los volúmenes rusos", dijo el director ejecutivo de la empresa
El gigante petrolero Shell anunció este martes que prevé retirarse del petróleo y del gas rusos «gradualmente, en línea con las nuevas directrices del Gobierno» británico, en respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
En un comunicado, Shell precisó que, «como primer paso inmediato, el grupo interrumpirá todas las compras al contado en el mercado de petróleo ruso» y «cerrará sus estaciones de servicio y sus actividades de carburante para la aviación y de lubricantes en Rusia», informó la agencia de noticias AFP.
«Nuestras acciones hasta la fecha se han guiado por las discusiones en curso con los gobiernos sobre la necesidad de desvincular a la empresa de los flujos energéticos rusos, manteniendo al mismo tiempo el suministro de energía», comentó el director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden.
El grupo está «cambiando (su) cadena de abastecimiento en petróleo crudo para retirar los volúmenes rusos», añadió.
Sin embargo, advirtió que dada la «ubicación física y la disponibilidad de alternativas», el esfuerzo «podría llevar semanas».
«Es un desafío complejo» que «requerirá acciones concertadas entre gobiernos, proveedores de energía y consumidores», afirmó.
Pese a una serie de sanciones masivas contra Moscú, el sector energético de momento no se vio afectado, sobre todo porque Europa es muy dependiente del gas ruso, y especialmente Alemania.
Ayer el primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó en conferencia de prensa que retirarse del petróleo y del gas ruso es lo «que hay que hacer» pero que esto debía concretarse «paso a paso».
Y el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, se expresó en la misma línea, admitiendo que «la triste realidad es que somos muy dependientes del gas y del petróleo rusos» y que una transformación de ese calado «tomaría tiempo».
No obstante, el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, sostuvo este martes que Europa «tiene soluciones para volverse independiente del gas ruso» y agregó que desea «acelerar» esas soluciones para poder «hacer frente al desafío en el invierno de 2022-2023».
El jefe del Gobierno alemán, Olaf Scholz, dijo ayer que las importaciones de energía fósil de Rusia eran «esenciales» para asegurar el abastecimiento del continente europeo.
Alemania importa de Rusia el 55% del gas y el 42% del petróleo y el carbón que consume.
Estados Unidos, menos dependiente de los hidrocarburos rusos, presiona a sus socios europeos para que lancen sanciones contra el sector energético ruso, algo que afectaría al núcleo de los ingresos de Rusia, e incitar a Moscú a cesar su ofensiva en Ucrania.
Además, el fin de semana mantuvo conversaciones con Venezuela, que tiene a Moscú como un aliado clave.
Los Gobiernos de ambos países confirmaron ayer estas conversaciones, que abordaron el tema de la energía, entre otros, pese a no contar con relaciones diplomáticas desde 2019, cuando Washington reconoció como presidente encargado al opositor Juan Guaidó y desconoció a Nicolás Maduro como presidente democrático.
Desde ese entonces, Estados Unidos impuso un embargo que impide a Venezuela negociar su crudo en el mercado estadounidense.
Desde que Rusia inició su invasión de Ucrania, el 24 de febrero, los precios de la energía se dispararon en los mercados.
La cotización del gas natural europeo ha alcanzado niveles récord y la del crudo llegó a rozar sus máximos históricos.