El Fondo Monetario Internacional (FMI) realizó un documento donde le recomienda a los gobiernos qué hacer con el sistema previsional. El organismo aconseja elevar la edad jubilatoria y bajar el pago de prestaciones.
Según el estudio, las cajas previsionales no resisten y deben aplicar severos cambios «incrementando la edad de jubilación, endureciendo las reglas para acceder (a la jubilación), reduciendo el tamaño de las pensiones a través del ajuste en el cálculo de los beneficios».
«Con las políticas actuales el gasto público en pensiones aumentará en un promedio de entre 1 y 2,5 puntos del PIB en el año 2050, deprimiendo el ahorro público», agrega el documento.
Los técnicos del FMI instaron a los países a «pensar bien los sistemas de pensiones y las redes de protección social más efectivos, y después poner en marcha las reformas necesarias».
Sostuvieron que si la situación de los sistemas jubilatorios «no se modifican, las consecuencias pueden ser severas», y advirtieron que «hay países cuyos generosos sistemas públicos de pensiones pueden llevar a las finanzas públicas a una difícil situación».
«Deben considerar pasos como limitar las jubilaciones tempranas, que reduciría las vulnerabilidades de largo plazo», añadió la entidad que encabeza Christine Lagarde.
«En las economías de los países más desarrollados, donde las pensiones han sido en gran parte reformadas, las simulaciones sugieren que el aumento de la edad de jubilación en cinco años (del promedio actual de 63 a 68 en 2050) cerraría la mitad de brecha proyectada en relación a lo que perciben jubilados de hoy» añadió el trabajo.
Agrega que si los jubilados «aportaran un 6% adicional de sus ganancias cada año, cerrarían la otra mitad de la brecha».
El FMI hasta propuso un sistema de sustitución de jubilaciones, al sostener que pueden ayudar a los gobiernos y ciudadanos a «estimular el desarrollo de instrumentos del sector financiero a fin de fomentar el ahorro voluntario y adoptar políticas que alienten a las personas a prolongar su vida productiva».
Agrega que en los países de mercados emergentes, como la Argentina, «también podrían fomentar más el trabajo en el sector formal».