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20 años después

El estremecedor audio de la tragedia de Lapa: «¡Dios mío! ¡Nos matamos!»


 

Recordar que se cumplen 20 años no hace a la diferencia. Se diga cómo se diga, duele. A un día del aniversario de una de las tragedias que convulsionó al país y siempre generó (y generará) impotencia y dolor. Un 31 de agosto de 1999, un avión de Lapa que partía desde el aeropuerto Jorge Newbery, no logró despegar y se incendió. Arrasó todo lo que quedó en su camino: autos, peatones y rejas. La muerte de 65 personas fue desesperante, aunque también fue una fortuna que de semejante accidente no surgieron muchas más víctimas.

«¡Dios mío! ¡Nos matamos, nos matamos!». Dos décadas después de la tragedia se conoció por primera vez la conversación entre los pilotos en los momentos previos a que el avión 2553 de Austral se estrellara en la localidad de Fray Bentos, Uruguay.

La grabación es de 18 minutos y se escuchó esta semana en el juicio oral que se realiza desde marzo a 35 acusados, entre ex directivos de Austral y de la Fuerza Aérea Argentina, por el delito de estrago doloso.

La espeluznante conversación que quedó registrada en la caja negra es entre el piloto Jorge Cécere y el copiloto Horacio Núñez. El último minuto es estremecedor. «Por favor, autorícenme ya descenso», le pide Cécere a la torre de Aeroparque. Sus palabras finales están llenas de desesperación. Se escucha su voz antes del trágico final: «¡No, no, carajo, Dios mío, carajo! ¡Nos matamos, la puta que te parió, nos matamos, la concha de la lora!».

La grabación es de la cabina del avión y forma parte de la caja negra de la nave que fue recuperada en los Estados Unidos. Hasta el momento se tenía solo la transcripción de la grabación. Pero Silvina Rumachella, abogada querellante que representa a los familiares de las víctimas, entre ellas su hermana, la auxiliar de a bordo Bibiana Rumachella, pidió que se escuchara en el juicio. Los jueces del Tribunal Oral Federal 5, Daniel Obligado, Adriana Pallotti y José Martínez Sobrino, hicieron lugar al pedido y ayer lo pasaron en la audiencia.

La charla en la cabina comienza sobre temas familiares. Uno de los pilotos habla de sus tres hijos, el mayor de 12 años, otro de nueve y un bebé de solo siete meses. En los dos minutos finales, de los 18 registrados, Cécere y Nuñez ya habían advertido que el instrumental tenía problemas en sus mediciones. Estaban en medio de una feroz tormenta y no podían guiarse de modo visual. Perdían velocidad, pero el instrumental no lo indicaba correctamente. Ahí es donde, casi a los gritos, solicitan autorización para aterrizar. En los últimos segundos entienden que ya nada podía hacerse. Que iban a matarse. Y llegan los gritos del horror.

«Fue realmente impactante escucharlo, nos dejó a todos helados», le dijo a Infobae una de las personas que participaron esta semana de la audiencia.

El avión de Austral cayó la noche del 10 de octubre de 1997 después de partir de la ciudad de Misiones con destino al Aeroparque de la ciudad de Buenos Aires. Fallecieron todas las personas que iban a bordo: 69 pasajeros y 5 tripulantes.

El expediente judicial tuvo idas y vueltas y finalmente el 26 de marzo pasado comenzó el juicio oral. Los 35 acusados se negaron a declarar por el momento y el proceso se encuentra en la etapa de declaración de testigos.

La acusación que llegó a juicio se basa en el informe oficial de la Justicia de Uruguay que trabajó en el caso. Su conclusión fue que hubo un engelamiento de tubos pitot del avión y una falla en la alarma sobre la formación de hielo. Esa alarma no estaba porque Austral había sido autorizada por la Fuerza Aérea a no tenerla. De allí la responsabilidad penal que en su momento el juez Jorge Ballestero entendió que tuvieron los directivos y los funcionarios públicos, por lo que fueron procesados, y el caso llegó a juicio oral.

El juicio atraviesa la etapa de la declaración de los peritos que trabajaron en un informe para el juicio. Ocho de los nueve profesionales declararon que el avión se cayó por un error humano y que por la altura a la que volaba no tenía posibilidad de que se formara hielo.

La acusación es por el delito de estrago doloso que tiene una pena de 10 a 25 años de prisión y el fiscal del caso es Juan García Elorrio. Las audiencias se hacen una vez por semana en los tribunales de Comodoro Py y se estima que el juicio dure al menos un año más.

Fuente: Infobae