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El encuentro Sur-Sur alertó sobre la pobreza, endeudamiento y corrupción


La necesidad de erradicar la pobreza, garantizar la seguridad alimentaria, reducir el endeudamiento público, combatir la corrupción y la incorporación de nuevos actores -privados y académicos entre otros- fueron los puntos principales del documento final aprobado hoy por los mandatarios de los países que participan de la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas de Cooperación Sur-Sur.

Reunidos desde el miércoles en Buenos Aires, los funcionarios reafirmaron la cooperación sur-sur, y apuntaron a la implementación de la agenda 2030 para el desarrollo sustentable. El documento se conoció al tiempo que tres de las delegaciones que asistieron a la conferencia pedían una moción para no reconocer ante el cuerpo las credenciales de los representantes de Venezuela, lo que fue rechazado por la delegación de ese país y por otros países participantes.

«Es una conferencia que ha concluido de manera muy positiva porque hemos respaldado el camino que tiene la Cooperación Sur-Sur para los próximos años que es un mecanismo que produce resultados concretos en muy diversos temas», dijo el canciller Jorge Faurie. El documento final, en tanto, señaló que «la cooperación sur-sur y la cooperación triangular contribuyen a implementar la agenda 2030 y a lograr el objetivo principal de erradicar la pobreza en todas sus formas y dimensiones». También destacó que «la cooperación económica abarca el comercio, la inversión, el desarrollo de la infraestructura y la conectividad, la agricultura y el desarrollo rural, la seguridad alimentaria y la nutrición, la energía».

«Exhortamos a las instituciones financieras y de desarrollo multilaterales, regionales y bilaterales a que consideran la posibilidad de aumentar los recursos financieros y la cooperación técnica para promover la cooperación sur-sur y la triangular», indicó. También puso de relieve que los mandatarios aquí reunidos observan «con preocupación el nivel de endeudamiento a nivel mundial» y se exhortó a «prestatarios y acreedores que afronten con carácter prioritario los problemas relacionados con la sostenibilidad de la deuda a fin de evitar efectos negativos en el desarrollo a largo plazo».

Los jefes de Estado del Hemisferio Sur hicieron asimismo «un llamamiento a los países para que prevengan y combatan la corrupción y los flujos financieros ilícitos que impiden el desarrollo económico, agudizan la desigualdad en los ingresos y reducen la movilidad de recursos internos para el desarrollo sostenible». Afirmaron la importancia de promover «la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en el contexto del desarrollo sostenible» y propusieron «fortalecer el comercio sur-sur de manera compatible con la Organización Mundial del Comercio».

La directora general de Cooperación Internacional de la Cancillería argentina, Ana Ciuti, subrayó como uno de los aportes más importantes del documento la incorporación «de nuevos actores que son imprescindibles, como el sector privado, la academia, organizaciones de la sociedad civil y bancos de desarrollo, que financian y potencian los proyectos». «Además incorpora diferentes niveles de trabajo, no solo nacional sino subnacional, donde los gobiernos locales y las ciudades tiene un protagonismo muy grande», agregó Ciuti.

«Creo que el multilateralismo se mostró como es», apuntó Achim Steiner, administrador del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y concluyó que «estamos sumamente conformes por la forma en la que se desarrolló esta conferencia y porque se logró luego de muchos meses de negociaciones».