“Son los sueños todavía, los que tiran de la gente…”, comienza la frase que se encuentra al ingresar al Club Cultural Social y Deportivo Cóndor. La institución ubicada en la calle Cafferata 1477 fue recuperada por sus vecinos el 24 de octubre de 2016 bajo los pilares de la inclusión, solidaridad, reciprocidad y trabajo colectivo.
Fundado un 31 de mayo de 1945, el club de barrio Echesortu volvió a volar gracias al programa de Democratización y Transparencia que brinda la Subsecretaría de Recreación y Deportes de la Municipalidad de Rosario. Niños, jóvenes y adultos tienen su espacio allí.
“A principios del año 2015 fuimos a dar una vuelta por el barrio con amigos y nos encontramos con que estaba abandonado”, recuerda Mariano Perren, que inició el proceso. “Entendimos que para recuperar la institución había que trabajar, pero nos fuimos muy contentos y con muchas ganas”, prosiguió al memorizar su primera reunión en la Dirección de Clubes.
Perren y un grupo de conocidos armaron jornadas de trabajo para poner su lugar en condiciones. “Construimos un nosotros a través El Cóndor, buscamos emponderar a los vecinos”, resumió Nicolás Ferela, actual referente de una de las almas del club de barrio Echesortu.
Desde que abrió el reempadronamiento allá por 2016, pasaron 518 socios. “Ellos son los dueños”, explicó Nicolás, que sumó: “Aportamos dedicación y sacrificio en pos de que funcione”.
Como una imagen de sus ideales, las puertas del espacio cultural, social y deportivo están siempre abiertas. “No queremos que se quede nadie afuera, buscamos un lugar netamente solidario. Recordando la vieja mística desde donde fueron gestados estos lugares”, resumió Mariano. “La meta es ponerlo en un sitio netamente ideológico. Debía ser para el pueblo, inclusivo”, completó Perren.
Quien fue el primer presidente de esta nueva etapa El Cóndor añadió:” No lo entendemos como un lugar de servicio, buscamos que haya un sentido de apropiación”.
Si bien lo primero que se realizó como actividad fue yoga, desde el club no salen a buscar estos hechos. “Pensamos en una sola actividad, que recobre la mística de ser el espacio en el que el pueblo ejerce sus derechos democráticos”, explicó Mariano.
Apoyo escolar, pintura decorativa, teatro, tejido a dos agujas y crochet, asesoría legal, flamenco, hatha yoga, defensa personal, folklore, taller de arte infantil y guitarra son las cosas que se pueden hacer en El Cóndor. Cada una de estos planes, son propuestos por los socios y vale aclarar que funciona también como biblioteca. Lo social, a flor de piel.
“Queremos que sigan siendo las segundas casas de los jóvenes. Que no solo vengan por las actividades, sino que sea un espacio común que los contenga y los proyecte”, explicó Mariano. El referente sumó convencido: “El club está para disfrutarlo y cuidarlo”.
Juventud Unida, institución vecina del barrio Echesortu, se basó en su ejemplo para llevar adelante su proceso de recuperación. “La idea nuestra es motivar a los vecinos a que se hagan cargo de estos espacios, por eso también dimos charlas”, explicó Mariano, que cerró: “Si no hay esperanza, no se puede transformar la realidad”.