Por Diego Carballido
Luego de una semana donde el centro comunitario San Cayetano de barrio Ludueña fue noticia por posibles recortes de partidas que venían desde Nación, Con La Gente dialogó con una de sus principales referentes, Mirta Barrios, quien desde hace más de treinta años viene batallando para sostener un espacio que es fundamental para la alimentación de muchas familias en el barrio.
“Recibimos ayuda desde provincia y municipio para cubrir gastos corrientes como son el gas, los productos de limpieza, pero de Nación recibíamos partidas de comida que se cortaron de golpe y no entendíamos por qué”, cuenta Mirta que tuvo que dialogar, junto con otras referentes del comedor, con funcionarios del gobierno nacional para explicarle la situación y tratar de llegar a un acuerdo.
«Logramos que nos vuelvan a enviar bolsas de leche, pollo una vez por semana y frutas, pero nos sacaron los huevos, el arroz y el queso». Según las explicaciones oficiales que recibieron, el comedor San Cayetano es un espacio que ya cuenta con ayuda de otros organismos y por esa razón les pidieron a los integrantes del espacio que realicen un censo donde puedan relevar la necesidad del barrio, que resulta evidente con solo llegarse hasta el lugar.
Son 580 raciones las que se preparan, de lunes a viernes, en el centro comunitario de Gorriti 6086 donde trabajan a destajo desde la mañana temprano las encargadas y un grupo de madres del barrio para que todos puedan llevarse su comida al mediodía, con la idea de seguir manteniendo viva la idea de compartir en familia el almuerzo.
Mirta destaca la preocupación y solidaridad que tuvieron de parte de distintas organizaciones del barrio ante las versiones de recortes en algunas partidas, como por ejemplo del Banco de Alimentos Rosario (BAR) con quienes tienen un contacto permanente. «Es una gran ayuda el aporte del Banco de Alimentos», dice la referente y cuenta una anécdota al respecto: «La semana pasada, el BAR nos donó 3000 kilos de yogures de litro que, como nosotros ya teníamos cubierta nuestras raciones, se los dimos a otros barrios. Fuimos a La Lagunita, al barrio Toba de Rouillón al fondo y hasta Garzón y Sorrento; en todos nos encontramos con grandes necesidades donde la gente la está pasando muy mal».
Respecto a la realidad del Ludueña, Mirta no duda en afirmar que «hay mucha gente que está sin trabajo y encima ni para cirujear encuentran, eso nos cuenta la gente del barrio” y vaticina: “Nosotros, desde acá, la vemos mal» porque “desde el año pasado notamos que cada vez hay más necesidades».
Día del niño
Como todos los años, el centro comunitario se prepara para agasajar a los chicos y chicas del barrio para lo cual Mirta pide a «todos aquellos que quieran donar galletitas y golosinas para que los chicos se puedan llevar una bolsita con cosas dulces, son bienvenidos. Desde hace un tiempo que dejamos de pedir juguetes porque es muy difícil repartirlos sin que se arme lío, preferimos que los chicos se sientan felices y contentos llevándose una bolsa de golosinas que le podamos armar. Después nosotros le hacemos tortas fritas, pastafrolas, bizcochuelo y chocolatada».