Por Santiago Ceron
Son tiempos turbulentos los que atraviesa el mundo de la aviación en Argentina. La disparada del dólar en 2018, primero en mayo y luego en agosto, hizo mella en las aerolíneas que operan en el país, lo que llevó a que tengan que hacer modificaciones en sus esquemas. Estos cambios están repercutiendo en el Aeropuerto Internacional Islas Malvinas de Rosario, ya que a lo largo de 2019 distintas aerolíneas anunciaron ajustes en los vuelos que llegan y parten a la ciudad.
La última fue Latam, que el martes comunicó que a partir del 1 de octubre dejará de funcionar la conexión Rosario-Santiago de Chile. Esto se suma al anuncio que había hecho en marzo, cunado suspendió las operaciones a San Pablo, Brasil.
Estas bajas fueron un golpe duro para el aeropuerto rosarino, ya que representaban dos conexiones internacionales claves; pero no fueron las únicas. El 3 de marzo la filial argentina de Avianca dio de baja sus vuelos a Reconquista y Buenos Aires por una crisis interna de la empresa. Habían anunciado que en abril retomarían las operaciones, pero hasta el día de hoy no hay novedades.
Además, casi en paralelo, la aerolínea brasileña Azul canceló su conexión con Porto Alegre, la cual había sido inaugurada en julio de 2018. Todo esto se suma a Sky Airline, la primera low cost que pisó Rosario, la cual dio de baja sus vuelos a Santiago en agosto de 2018.
Ante la complicada situación, el presidente del Aeropuerto Islas Malvinas, Matías Galíndez, y los directivos Adrián Corvino y Carlos Cristini, detallaron la realidad que atraviesan las aerolíneas y las gestiones que están llevando adelante desde el aeropuerto para suplir las conexiones perdidas.
«Como aeropuerto nos impacta porque son pasajeros frecuentes que utilizan esos destinos para poder conectar a otras partes del mundo. Hay una contracción muy fuerte en la demanda de los pasajeros, hay una caída en los precios en dólares de las tarifas y las aerolíneas están perdiendo rentabilidad», indicó Galíndez.
En primer lugar, coincidieron en que hay un factor que fue determinante para la suspensión de operaciones de algunas aerolíneas, y esa fue la devaluación. La disparada del dólar causó una caída en la venta de pasajes, pero más notablemente, una caída en los ingresos en dólares de las empresas y un aumento marcado en los costos.
«Las aerolíneas primero bajan las frecuencias, cambian a aviones más chicos, disminuyen los precios de los pasajes y, recién como último recurso, dan de baja la conexión», explicaron los directivos del aeropuerto. Además, aseguraron que no hay una baja cantidad de pasajeros sino que las empresas obtienen pocas ganancias de los vuelos: «No es un problema de ocupación, sino de rentabilidad«.
Con respecto a cómo suplantarán las conexiones perdidas, los directivos indicaron que ya están realizando gestiones: «La idea es que Azul tome la conexión a San Pablo y que la low cost JetSmart reemplace a Latam en el vuelo a Santiago de Chile. Además, esperamos que Flybondi sume el destino de Asunción en el segundo semestre».
Son las aerolíneas low cost las que están comenzando a tomar un rol clave en Rosario y el país. Flybondi ya está operando con vuelos desde Rosario a Salta, Iguazú y Tucumán.
Sobre estas empresas de bajo costo, los directos del Aeropuerto Internacional de Rosario aseguraron que «no dividen el mercado, sino que lo agrandan, porque ahora viajan pasajeros que antes no lo hacían«. Además, explicaron que para alentar la llegada de empresas el gobierno provincial aportaría incentivos, como así también descuentos en tasas operativas.
Por último, hablaron sobre la situación que enfrenta Avianca: «Estamos a la espera de que confirmen si pueden seguir con sus operaciones o no. Pero tenemos pendiente que empiece a conectar Rosario con Aeroparque, Porto Alegre y Asunción, esperamos que en el próximo mes tengamos alguna definición».
Las declaraciones de Matías Galíndez, presidente del Aeropuerto, tras la convocatoria a la prensa: