El Gobierno de Alberto Fernández intentará reprogramar los vencimientos por 44.000 millones de dólares
Un nuevo acuerdo con el FMI para la reprogramación de los vencimientos por 44.000 millones de dólares que la Argentina adeuda al organismo, es sin duda uno de los principales desafíos financieros del Poder Ejecutivo en el 2021 para ayudar a la estabilización y recuperación de la economía.
El acuerdo no implicará sólo una negociación técnica y política con el FMI y los gobiernos que tienen peso en el Directorio, sino que también agregará una negociación interna en el seno del Congreso, si se convierte en ley la iniciativa del ministro de Economía, Martín Guzmán, acerca de la sostenibilidad de la deuda externa que dispone que los futuros acuerdos con el Fondo deban ser aprobados por el Parlamento, entre otras cuestiones.
Este proyecto parlamentario logró media sanción en el Senado en el 2020 y tiene tratamiento pendiente en comisiones en Diputados. Fuentes consultadas por Télam indicaron que su análisis quedó reservado para después del receso estival parlamentario estipulado para la primera quincena de enero.
En el plano técnico, tanto los funcionarios de Economía y del Banco Central, como del FMI, se encuentran en contacto permanente con conversaciones virtuales para avanzar en los detalles de un nuevo acuerdo, en la modalidad de un programa de Facilidades Extendidas (EFF) -para reemplazar al actual Stand by-, con el propósito de extender vencimientos a 10 años y obtener cuatro años y medio de gracia.
El programa vigente con el FMI requiere que el país devuelva entre 2022 y 2023 una suma de casi US$ 40.000 millones, algo que el Gobierno consideró fuera de sus posibilidades al inicio del mandato de Alberto Fernández. También en el 2021 hay pautado un vencimiento por cerca de 10.500 millones de dólares.
Estos vencimientos con el FMI a fines del 2021 se convirtieron en los únicos pagos en dólares que el Gobierno deberá afrontar hasta el 2024, luego de la reestructuración de deuda encarada con los acreedores privados, por un poco más de 100.000 millones de dólares.
No obstante, el calendario de negociaciones se adelanta debido a que la Argentina debe renegociar también su deuda con el Club de Paris que vence en abril -luego de haber pedido una prórroga de un año según el plan vigente con el Club.
Sucede que, para renegociarlo, existe una exigencia implícita de parte de los miembros del Club de que primero la Argentina debería haber un acuerdo con el FMI.
En tercer lugar, resta la negociación política con los miembros del directorio del FMI, que también sucederá en el primer semestre de 2021, y en la que el Gobierno trabaja a todo vapor.
La cuota actual de votación del FMI está compuesta por los Estados Unidos con 16,5%; Japón 6,1%; China 6%; Alemania 5,3%; Francia y Reino Unido 4%; entre los más relevantes.
Al respecto, el Gobierno reveló oficialmente que mantuvo un encuentro con el principal director de Estados Unidos ante el FMI, Mark Rosen, a quien le acercaron su «visión del resultado de la segunda misión del FMI» que estuvo en Buenos Aires en noviembre, para iniciar formalmente las negociaciones por un nuevo acuerdo.
Estados Unidos transita, por otro lado, un recambio presidencial y partidario, ya que Joe Biden asumirá el próximo 20 de enero, sucediendo a Donald Trump.
Asimismo, la canciller alemana Angela Merkel manifestó su opinión más reciente sobre la Argentina, durante la 26 conferencia de la UIA. «Ahora, es verdaderamente importante recuperar la confianza con los acreedores internacionales y de los actores del mercado. Lo cual, naturalmente, requiere que la Argentina lance una clara señal política, que el acuerdo pueda llevarse a la práctica tal como se pretende», dijo Merkel en un video grabado para el evento, que contó con la participación del presidente Alberto Fernández en el cierre.
Unos días después, el presidente argentino envió una carta a Merkel manifestando su expreso interés en garantizar el financiamiento de una represa en Neuquén a través del proyecto Chihuido (que involucra a firmas alemanas), que también cuenta con una partida aprobada en el Presupuesto 2021.
De esta forma, Fernández le transmitió a la Canciller su compromiso asumido y cumplido durante la visita del mandatario argentino a Alemania, antes de la pandemia, en febrero de 2020.
En esa misma gira oficial, Merkel se había comprometido a ayudar a la Argentina en la negociación de la deuda con los acreedores privados y con el FMI.
En cuanto a la marcha y los detalles del acuerdo con el staff, las negociaciones incluyen las metas cualitativas y cuantitativas que requerirá el programa, entre ellas, una meta de aumento en las reservas internacionales, según anticipó Guzmán.
Guzmán precisó al respecto algunos detalles hace unos días, «Se elige ese programa (Facilidades Extendidas) porque el período de repago es más largo. Sobre las así llamadas reformas estructurales, hoy no se está discutiendo; ni siquiera se les está dando ese nombre», afirmó el ministro que, no obstante admitió que «Argentina tiene problemas estructurales clarísimos», dijo al portal ElDiarioAR.
El funcionario argentino ahondó sobre la relación con el Fondo. «Que el FMI esté en Argentina es una circunstancia. Si me preguntan a mí o cualquier funcionario de nuestro gobierno si quisiéramos tener al FMI en Argentina, todos vamos a decir que no. No queremos que el FMI esté en Argentina», aseguró
Y continuó: «Pero sí está, porque se tomó un préstamo récord de 57.000 millones de dólares, de los cuales se desembolsaron 45.000 millones y no resultaron en nada que le implique a Argentina una mayor capacidad productiva. Nosotros tenemos que resolver el problema con responsabilidad», subrayó.
La titular del FMI, Kristalina Georgieva, dio recientemente un balance de las negociaciones hasta el momento: «Nuestro compromiso continuará tanto tiempo como sea necesario para que Argentina tenga claridad sobre sus objetivos de medio plazo: queremos trabajar juntos», expresó en cuanto a los tiempos para definir un acuerdo.