Según datos oficiales, el número creció considerablemente durante el gobierno de Mauricio Macri
Según datos oficiales, el número creció considerablemente durante el gobierno de Mauricio Macri
Más de la mitad de los adultos argentinos mantienen deuda a través de tarjetas de crédito. Este porcentaje creció casi cinco puntos durante la gestión de Mauricio Macri. A lo largo del período, las financiaciones mediante tarjetas de crédito continuaron siendo el instrumento de financiación más difundido entre la población adulta, mientras que en el otro extremo se encontraban los créditos hipotecarios.
En cuanto a la asistencia crediticia de las unidades productivas, a agosto de 2018, un 40% de las microempresas (constituidas como personas jurídicas) tenía una línea de crédito con el sistema financiero, mientras que, considerando una ventana de 12 meses, un 52% de ellas tomó algún financiamiento.
En el caso de las empresas pequeñas y medianas, el 74% y 76% de las mismas, respectivamente, habían tomado algún tipo de financiamiento entre septiembre de 2017 y agosto de 2018.
Por su parte, las transacciones por medios electrónicos de pago realizadas por personas humanas, esto es la suma de las operaciones con tarjetas de débito, tarjetas de crédito, transferencias y tarjetas prepagas, totalizaron 5,3 operaciones por adulto (promedio mensual) durante el primer trimestre de 2019, de acuerdo con la información oficial.
“La comparación internacional muestra que existe espacio para expandir el uso de estos instrumentos”, aseguró el Banco Central.
En tanto, el informe reveló también que la efectividad de los canales de atención del sistema financiero, medida por la cantidad de localidades con al menos tres sucursales de diferentes bancos, ha permanecido sin cambios desde diciembre 2015 a marzo 2019.
Estas localidades representaban un 8% del total y comprendían al 75% de la población adulta.
Para el Banco Central, con el panorama actual “quedan abiertos desafíos para cubrir déficits de puntos de acceso físico en ciertas zonas del país, la profundización del uso de medios de pago electrónicos, una mayor penetración de los instrumentos de crédito en la población adulta y las empresas de menor tamaño, así como lograr un mayor grado de educación financiera de la población”.