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Efecto de los incendios: el humedal de las islas está en serio peligro


Foto: gentileza Ramiro Ortega

Los resultados preliminares del primer relevamiento hecho por la UNR en noviembre de 2020 detectaron que los suelos están más compactados y disminuyeron su fertilidad

La Plataforma Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario está realizando un monitoreo a largo plazo del impacto y la recuperación del humedal luego de los incendios intencionales del 2020 que afectaron alrededor de 300 mil hectáreas, más del 17% de su superficie, provocando grandes daños tanto ambientales como sociales.

Sobre la temática del suelo trabaja el grupo de la Facultad de Ciencias Agrarias compuesto por Néstor Di Leo, Sergio Montico y José Alberto Berardi. Mediante un GPS de alta precisión y utilizando técnicas específicas, relevaron 24 sitios afectados por incendios de diferente severidad, extrajeron muestras de suelos para ser analizadas en laboratorio y tomaron registros de su compactación.

En el primer relevamiento se detectaron impactos negativos asociados a la quema en variables que tienen importancia en el sostenimiento de la salud de los suelos. “Los suelos quemados están más compactados y se perdió más del 60% del fósforo generando una disminución de la fertilidad y del equilibrio con otros elementos que participan de la nutrición de la vegetación local”, dice el informe.

Un impacto relevante, según indican los investigadores, fue la disminución de carbono almacenado en el suelo, estimándose una pérdida media de dióxido de carbono equivalente a 16 toneladas por hectárea. “El destino de este gas de efecto invernadero, junto con el liberado por la vegetación quemada, fue a la atmósfera. De esta manera, tanto los suelos como la vegetación del humedal perdieron su rol de sumideros”, explican. Un sumidero es un sistema o proceso natural por el que se extrae de la atmósfera y se almacena un gas o gases, contribuyendo así a luchar contra el cambio climático.

Foto: gentileza Ramiro Ortega

El humedal en riesgo

El delta del río Paraná es un conjunto de humedales, ecosistemas que brindan múltiples beneficios, como abastecimiento de agua y materiales, alimentación, almacenamiento de gases de efecto invernadero, transporte y ocio, entre otros.

Debido a las alteraciones que el fuego genera en estos ecosistemas, los daños producidos pueden ser muy difíciles de revertir en el corto, mediano y hasta en el largo plazo. “Los suelos de islas son diferentes a los pampeanos ya que se conforman con sedimentos que el agua va depositando a lo largo del tiempo. Por ello son muy particulares y frágiles frente a la agresión del fuego”, aclaran Sergio Montico y Clara Mitchell.

Los profesionales de la UNR explican que uno de los efectos de los incendios es que se quema parte de la materia orgánica, componente vital que determina la acidez, la porosidad, reserva de nutrientes y actividad biológica del suelo. También se pierde porosidad, alterando la infiltración de agua y la forma en la que se almacena y dificultando la aireación dentro del mismo. “Ambas limitaciones conspiran contra la compleja actividad de la vida que alberga, modificándola profundamente. Así el suelo no funciona de manera correcta y pierde capacidad para sostener su biodiversidad”, aclaran.

También “se pierden nutrientes y, con ello, disminuye la fertilidad, característica que cuesta mucho recomponer en estos ambientes”. Perder, por ejemplo, nitrógeno y fósforo, significa tener menos recursos para reponerse luego del incendio, ya que estos nutrientes son muy necesarios para las plantas y para el suelo mismo, según destacan los investigadores. Otros efectos derivados de las quemas son “las modificaciones en los minerales del suelo, transformando el equilibrio interno y aumentado su inestabilidad”. Cuanto más severo es el incendio, afectará un espesor mayor y, por lo tanto, más tardará el suelo en recuperarse.

A partir de este primer diagnóstico, en los próximos relevamientos evaluarán la evolución de los suelos y su capacidad para recuperarse. Con los datos que se tienen, es claro que la afectación del fuego en estos ambientes fue importante. “De continuar las quemas, los suelos podrían deteriorarse aún más, alcanzando incluso niveles desconocidos. El humedal y su biodiversidad están en riesgo, ya no hay margen para continuar con esta agresión”, advierten.