Por Mgter. Laura Rosso, secretaria general de Academia y Desarrollo de la Universidad Siglo 21.
A seis meses desde el inicio de una de las pandemias más desafiantes, y que aún transitamos, podemos comenzar a sacar algunas conclusiones preliminares sobre cómo se adaptó Argentina al modelo de educación virtual.
Nos referiremos como educación virtual a las herramientas y elementos tecnológicos utilizado para intentar dar continuidad al modelo presencial desde nuestros hogares. Así, lo diferenciaremos de la mediada por tecnologías, que refiere a la implementación de un sistema pedagógico integral que engloba una lógica educativa distinta a la tradicional-presencial.
Sin duda, la transformación digital de la educación es un proceso que requiere tiempo para el desarrollo de un modelo, actores comprometidos con una visión de futuro y abiertos al cambio. Y es que las tecnologías no reemplazan a los modelos pedagógicos, los requieren. Aun así, celebramos el esfuerzo y aplaudimos a todo aquel que haya puesto un granito de arena para intentar llevar «normalidad» a todos los niveles educativos. El camino no fue fácil, pero para muchos esto recién empezó. Hoy se transforma una manera de aprender más que una modalidad de estudio.
¿Qué sabemos con certeza sobre la educación virtual? Que las plataformas virtuales son percibidas como favorecedoras de mayor comodidad y control de actividades académicas. Así, el 85% de los alumnos destaca que le ofrecen mayor flexibilidad en cuanto a tiempo y lugar a la hora de estudiar*. Incluso, el 53% siente una actitud neutral o positiva hacia el hecho de estudiar en su casa durante los primeros meses del aislamiento obligatorio. Analizando 7 ciudades de Argentina, vemos que los estudiantes de la ciudad de Córdoba (30%) son quienes perciben a dichas plataformas como «altamente útiles», seguido por Corrientes (26%) y Tucumán (16,3%).
Las cifras pertenecen a la investigación «Impacto de la virtualidad en la educación» y «Actitudes hacia la educación mediada por tecnologías: padres y madres con hijos en edad escolar» (Universidad Siglo 21, julio 2020).
Pero no solo se trata de los alumnos, ya que el 55% de los padres percibe a las plataformas virtuales como fáciles de usar, claras y comprensibles para sus hijos.
La principal estrategia en la transición de modelos presenciales a virtuales es fortalecer los proyectos institucionales, hacer diseños instruccionales pensados en el alumno y seleccionar correctamente los medios que permitan que el sistema sea fluido y eficiente.
Argentina y el mundo disponen hoy de todos los elementos tecnológicos y pedagógicos necesarios para que un proceso de enseñanza – aprendizaje virtual, reúna todos los atributos de los procesos presenciales más conocidos. De hecho, el Departamento de Educación de Estados Unidos (Means, Toyama, Murphy, Bakia y Jones, 2009) analizó más de un millar de estudios empíricos sobre el aprendizaje en línea, concluyendo que es tan eficaz como la enseñanza presencial, e incluso 53 estudios experimentales señalan efectos superiores.
Lograr experiencias transformadoras con mediaciones tecnológicas requiere principalmente creer en la modalidad, conocer a fondo el Modelo Académico y fijarse claros objetivos de evaluación del conocimiento.