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«Ednópolis»: cómo es y dónde está el hotel de las mascotas


Ubicado en el barrio "Punta Chacra" de Roldán, es administrado por Juanma y Mili, quienes viven allí y conviven con los animales durante las 24 horas

 

Por Santiago Ceron

Las mascotas ocupan un lugar más que importante en las vidas de muchas personas, hasta el punto de quererlas como un propio hijo. Por eso, al momento de salir de vacaciones o a un viaje de trabajo, siempre es una preocupación encontrar un lugar donde dejar a las mascotas durante ese tiempo. Y aquí es donde aparece Ednópolis.

Ednópolis es un «hotel para mascotas» muy diferente a otras guarderías para animales. Ubicado en el barrio residencial «Punta Chacra» en Roldán, es administrado por un matrimonio, Juanma y Mili, quienes viven allí mismo y conviven con los animales durante las 24 horas del día. Proteccionistas y autosustentables, ellos construyeron su casa y Ednópolis con materiales reutilizados y producen su propio alimento en una huerta.

Según cuenta Juanma a CLG, su metodología de trabajo es «estar con ellos las 24 horas«. Los animales habitan el mismo espacio que este matrimonio y pasan mañanas, tardes y noches juntos: «Vivimos en manada, por así decirlo».

Sobre su forma de vivir, explica: «Somos proteccionistas independientes, no pertenecemos a un grupo pero siempre que aparece un perro por el barrio lo curamos, castramos y le buscamos casa. También nos dedicamos a la sustentabilidad, producimos nuestro propio alimento y construimos nuestro propio espacio».

Ednópolis cumplió un año desde su apertura el pasado 21 de septiembre, pero sus orígenes se remontan más atrás: «Con Mili nos conocimos hace 14 años. Al mes de que empezamos a convivir encontramos a una perra en la esquina de casa, la adoptamos y le pusimos Edna. Cuando nos íbamos de viaje siempre eran nuestros familiares los que la cuidaban, pero pensábamos ‘si no tuviéramos a nadie que la cuide, ¿quién lo haría?’. Sabíamos que existían guarderías pero con rejas, y nunca podría dejar a mi perra dentro de una jaula«, relató Juanma.

«Entonces se nos fue ocurriendo la idea de crear un lugar donde podamos estar conviviendo con los perros y cuidarlos, ya teníamos experiencia de cuidar a animales de amigos y familiares. Pero teníamos nuestros trabajos estables y era muy difícil dejar todo para hacer esto«, explicó. Entonces, a partir de una triste noticia, llegó el «click»: «Un día falleció Edna y nos dimos cuenta de que nos arrepentíamos de no haberlo hecho con ella, así que de un día para el otro dejamos nuestros trabajos y al mes de que murió Edna abrió Ednópolis«.

Así fue que la partida de su perra puso en movimiento un proyecto que llevaba mucho tiempo formándose en las mentes de Juanma y Mili y que los empujó a dar un giro de 180 grados en su vida diaria. Abrieron el hotel para mascotas y lo nombraron Ednópolis en honor a, obviamente, Edna.

Llevan más de un año trabajando y ostentan tener cupo completo la mayor parte del tiempo. «Nuestro cupo es bastante limitado y lo vamos armando según las características de cada perro: tamaño, si está castrado, si se lleva bien con otros perros», indicó Juanma.

«Nos damos a conocer por el boca en boca, sin publicidad más allá de las redes sociales, tenemos un precio muy accesible. Nuestro trabajo es las 24 horas del día durante todo el año. Siempre están acompañados», detalló.

Con respecto a las instalaciones, explicó: «Tenemos un amplio parque que está sectorizado porque, obviamente, no siempre los perros se llevan bien. Si bien una de nuestras principales condiciones es que el perro tenga un excelente trato con el humano, es posible que entre ellos se lleven mal. En el mismo terreno tenemos dos casas, las cuales también están sectorizadas«.

Las estadías de los animales pueden ir de sólo un fin de semana hasta meses, pero Juanma asegura que la tarifa es más que accesible: «No medimos el precio, medimos cómo nos sentimos con lo que estamos haciendo«. Y añadió: «Cuando entran a la casa los tratamos como si fueran nuestros, los sentimos como nuestros hasta que vuelvan sus dueños».

Pasar de tener dos empleos regulares y convivir las 24 horas con animales en su propia casa no fue una decisión fácil y a muchos les puede resultar cuanto menos peculiar, pero no para Juanma y Mili: «Para nosotros fue una elección de vida. Muchos familiares nos han dicho que estamos locos, pero antes me levantaba para ir a trabajar bufando, ahora me despierto con una lamida en la cara. Antes me levantaba a trabajar, ahora me levanto a jugar. Para nosotros no es un trabajo, estamos viviendo, compartiendo el lugar y el tiempo. Esto nos permite ser libres en nuestro lugar«.