Roberto Cantos y Julio Paz construyeron una dupla que no para de crecer año tras año. Los santiagueños ya grabaron 11 discos y van por más
El Dúo Coplanacu, referencia de un folclore popular, autogestivo y testimonial, festeja 35 años andando. Reunidos desde el primer recital del 5 de mayo 1985, a guitarra, bombo y voces la dupla santiagueña integrada por Roberto Cantos y Julio Paz construyó una estética propia abrevando en ricas tradiciones.
“Hoy hace 35 años que cantamos con mi cumpa. Siempre celebramos nuestros cumpleaños con una complicidad íntima e infantil. Capaz sin decirnos nada cada uno celebraba y celebra haberse juntado con el otro para caminar, para crecer,para disfrutar y para compartir el camino”, escribió uno de ambos en su cuenta oficial de Facebook.
En otro párrafo de la declaración se subrayó: “La vida es tan generosa con nosotros que lo único que nos sale es un inmenso agradecimiento por tanta música, por tanto encuentro, por tanto cariño recibido. Llegamos a estos 35 años con recuerdos hermosamente imborrables y con ilusiones maduras que no solo nos abarcan a nosotros sino también a la familia, a los hermanos y hermanas en la música, a los amigos y amigas y a la gente con quienes compartimos la ilusión de seguir cantando por siempre”.
Desde 1985 el Dúo Coplanacu registró 11 discos, actuó en cada rincón de la Argentina y con su peña durante 13 años en el Festival de Cosquín dio espacio a nuevas expresiones dentro de la escena nativa.
De esa discografía propia destacan títulos como «Retiro al norte» (1995), «Paisaje» (1997), «Corazón sin tiempo» (2005), «Taquetuyoj» (2008) y «Mayu Maman» (2015), por citar solamente algunos.
El año pasado agregaron a esa nómina “Los Copla”, un álbum que según Cantos le contó entonces a Télam “es muy representativo de cómo fuimos transformándonos no solamente nosotros sino las cosas que pasaron en los espacios participativos por los que transitamos”.
En esa entrevista el compositor y vocalista destacó que Coplanacu “es nuestra manera de asumir lo que nos une y lo que se puede construir cuando nos juntamos. Nuestro fuego y nuestro destino como cantores nos otorga un rol dentro de esta sociedad. No somos tipos divertidos que andamos cantando por ahí solamente. Nos interesa compartir en serio y que la gente se lleve algo adentro”.