Política y Economía

Diputadas “celestes” aceptan la despenalización del aborto, pero resisten la legalización


Mientras comenzó en Diputados el debate sobre la IVE, Polledo y Campagnoli indicaron que están a favor de no perseguir penalmente a la mujer que decide interrumpir su embarazo

En la primera jornada de debate de la iniciativa de interrupción voluntaria del embarazo, las diputadas nacionales «celestes» Carmen Polledo (PRO) y Marcela Campagnoli (Coalición Cívica) se manifestaron a favor de la despenalización del aborto, aunque no así de su legalización.

Pese a no haber presentado ninguna iniciativa en ese sentido, ambas legisladoras consideraron que aclarar que están a favor de no perseguir penalmente a la mujer que decide interrumpir un embarazo podía ser un gesto de acercamiento y diálogo con el sector celeste, en el marco de un debate que supo ser álgido, pasional y de divisiones muy marcadas.

«Estamos de acuerdo con despenalizar a la mujer. No estamos de acuerdo con perseguir con cárcel a a aquella mujer que en su soledad y desesperación acudió a este tipo de intervenciones», resaltó Polledo, que es vicepresidenta de la comisión de Salud.

No obstante, señaló que la práctica de abortos y su legalización «no es la solución» y argumentó en ese sentido que ha visto durante años las consecuencias «postraumáticas» en mujeres que se han sometido a intervenciones de ese tipo, y de abortos que han salido mal.

Las diputadas Campagnoli (Coalición Cívica) y Polledo (PRO)

Además, argumentó que no fue una «buena idea» del Gobierno reinstalar el debate por el aborto en medio de la pandemia de coronavirus, con «tanta gente en la calle» movilizada por esta ley.

Por su parte, Campagnoli aseguró que «nadie quiere que una mujer vaya presa por haber transitado una situación de vulnerabilidad y haberse sometido a esa práctica».

Sin embargo, la vicepresidenta de la comisión de Legislación Penal aseguró que el aborto «no es un derecho» sino «una tragedia a evitar y prevenir».

«Por eso trabajé tanto con mujeres de otros colores para que la educación sexual integral sea una realidad», enfatizó.

También ponderó el proyecto de «los 1.000 días», como parte de una política de acompañamiento a «las mujeres que están en una situación de vulnerabilidad».

En esta línea, insistió en que debe priorizarse una política de prevención y que «el Estado no ofrezca el aborto como única solución».