Por José Odisio
Frank Kudelka puso el gancho, y detrás de esa firma hay mucho más que ratificar un buen trabajo. La continuidad del entrenador es el aval a un proyecto que se inició con la urgencia de salvarse del descenso y busca consolidarse con objetivos donde la vara aparece más arriba.
Kudelka demostró que no hace falta ser del riñón leproso para conocer la idiosincrasia de Newell’s y su gente. El DT supo siempre a dónde vino y, a pesar de las urgencias de los promedios, nunca se tentó con priorizar el resultado sin importar las formas. Y eso fue clave. Los jugadores siempre supieron cuál era la idea de juego y así fue más fácil concretar el objetivo. Y tuvo un extra que fue consecuencia de esta idea: el apoyo del hincha, que también se sintió identificado.
A Kudelka y su cuerpo técnico le sobra trabajo. Y la pelota parada es la mejor carta de presentación de esta primera temporada en el Parque. Darío -así prefiere que lo llamen- agarró un equipo que estaba para el diván a la hora de cada centro o pelota parada en contra, y lo transformó en uno que casi no sufre cuando la pelota vuela al área de Aguerre. Y en contrapartida, fue el más efectivo de la Superliga cabeceando en el área rival. Toda una transformación.
Y ahí se rescata otra virtud del entrenador: la elección de los refuerzos. La llegada de Cristian Lema y Santiago Gentiletti fue clave. Y ni hablar del descubrimiento de Julián Fernández, un googleable que pasó de ignoto a figura. Y con Sebastián Palacios se plantó a pesar de que parecía difícil de conseguir. Y además potenció el nivel de Mariano Bíttolo y sacó de las penumbras a Gabrielli. Solucionó así el problema de los laterales.
En este punto, los refuerzos, hay que rescatar el buen trabajo de la dirigencia y Sebastián Peratta. Hubo ingenio, buenas gestiones y más presupuesto. Se priorizó lo deportivo a partir de un mayor orden económico. Y el resultado se vio en la cancha.
Y ratificar a Kudelka es apostar a una continuidad de algo que está bien. Por eso no es casualidad que el sábado estuvieran en el Coloso Enrique Borrelli, Federico Hernández y Raúl Damiani. Ellos junto a Jorge Griffa son la usina donde el buen trabajo de Kudelka encontrará alternativas. Y la dirigencia oxígeno financiero. Y así, la continuidad de Kudelka tiene mucho más sentido. E ilusiona al hincha.