Ciudad

Descuido ciudadano y escaso control municipal: Rosario se expone a la pandemia


Foto: Juan José García

A un mes de haber ingresado al distanciamiento social, las medidas para evitar nuevos contagios de coronavirus se fueron relajando. El país entra en el momento más crítico y se debe actuar con urgencia

Hace exactamente un mes la ciudad de Rosario y toda la provincia de Santa Fe dejaron la fase de aislamiento para pasar a la de distanciamiento social, preventivo y obligatorio, en el marco de la pandemia del coronavirus. La denominada fase 5, que alcanzó al 85% del país, implicaba un mayor compromiso social y control municipal con el fin de evitar posibles rebrotes, algo que sucedió en muchas ciudades y comunas, incluso algunas santafesinas. Es que el relajamiento de la población es tal que ya no se respetan las medidas básicas para prevenir los contagios, sumado a que el acompañamiento de las autoridades locales es escaso y deficiente.

Rosario es un ejemplo de esto. Basta con recorrer la ciudad en cualquier jornada para advertir que la nueva normalidad no es tal, dado que no se respeta el mínimo distanciamiento social, muchas personas circulan sin barbijo y escasean los elementos de higiene y protección, incluso en dependencias públicas, donde se ha visto a funcionarios y empleados jerárquicos desoír las recomendaciones sanitarias y recorrer los pasillos sin protección facial.

La situación se repite en espacios públicos (las imágenes del último fin de semana fueron elocuentes en este sentido), comercios, bares, restaurantes y sobre todo en bancos: las entidades financieras no toman la temperatura al ingresar y los empleados atienden al público -muchas veces mayor de edad- sin acrílicos de protección.

Un ejemplo que grafica el riesgo al que se expone la ciudad ante el descuido ciudadano y la falta de controles de la Municipalidad lo aportó un lector de CLG, que pasó por un servicio de ambulancias y lo atendió una persona sin barbijo.

La pandemia no pasó. El riesgo de volver atrás en las restricciones está latente, sobre todo al considerar que el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) supera día a día sus registros de nuevos casos y el país entra en el momento más crítico desde que llegó el virus. Lejos de aminorarse, las medidas para evitar una crisis sanitaria deben aumentar. Porque a fin de cuentas, lo que está en juego no es poder reunirse o no con un familiar, sino la vida de cientos de rosarinos.