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Arácnido letal

Descubrieron una nueva especie de «araña camello» que comería carne humana


 

Un grupo de científicos argentinos descubrió una nueva especie de solífugo o «araña camello». La Gaucha ramirezi, hallada en en las provincias de Córdoba y Santiago del Estero, mide unos 2 centímetros de largo y posee manchas claras en las membranas laterales de su cuerpo.

Los solífugos o “arañas camello” son un orden peculiar y poco estudiado de arácnidos de apariencia feroz, con grandes piezas bucales llamadas quelíceros y la injusta fama de comer carne humana o ser muy venenosos”. 

La Gaucha ramirezi comparte género con la Gaucha santana, que se encontró en Brasil, y es una de las pocas dentro de las decenas que hay en Argentina.

Para los biólogos, el hallazgo es motivo de celebración. «Es importante conocer la biodiversidad de nuestros países para saber cuál es nuestro patrimonio biológico y así poder preservarlo«, afirmó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Andrés Ojanguren-Affilastro, director del estudio e investigador del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (Macn).

El epíteto o «apellido» de Gaucha ramirezi homenajea al doctor Martín Ramírez, aracnólogo del Macn que codirigió la tesis doctoral del primer autor del hallazgo, el biólogo colombiano Ricardo Botero Trujillo, que actualmente desarrolla su posdoctorado en el Museo de Historia Natural de Nueva York, en Estados Unidos.

Los especímenes fueron colectados a mano o mediante «trampas de caída»: recipientes abiertos en su parte superior, llenos de líquido conservante y enterrados al ras del suelo, donde se espera que los animales caigan.

Después de ser atrapados, los arácnicos fueron estudiado por los investigadores con lupas, microscopios y pruebas de ADN para establecer su «parentesco» con otras especies. «La preservación de los solífugos depende en gran medida de una buena conservación del ambiente», insistió Ojanguren-Affilastro.

Del estudio, publicado en Zootaxa, también participaron Camilo Mattoni, investigador del CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC); Mónica Nime, de la UNC; y Ricardo Ott, del Museo de Ciencias Naturales y la Fundación de Zoobotánica de Rio Grande del Sur, en Brasil.