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Día del Trabajador

Cuando detrás del despido queda una familia


La situación general de la industria nacional es crítica. Miles de puestos de trabajo se han perdido en los últimos dos años. La mayoría de los trabajadores despedidos son hombres con familia, donde la esposa suele ser ama de casa. ¿Cómo atraviesan estos momentos las mujeres que representan un pilar para una familia?

El 2017 y lo que va del 2018 han significado el despido de miles de trabajadores industriales quienes, generalmente, han perdido su única fuente de trabajo. Ellos son, en su mayoría, hombres que representan el sostén económico para su familia, mientras que la mujer toma el rol de ama de casa. Aunque parezca anticuado, la familia estructurada en el hombre que se va a trabajar y la mujer que cuida a los hijos sigue presente en muchísimos hogares. Por eso, Con la Gente habló con Cintia Peralta, esposa de Pablo Peralta, ex trabajador de Mefro Wheels, fábrica de neumáticos cerrada hace más de un año.

Cintia contó cómo vivió los momentos dónde su marido se dirigía a la planta, sin saber si iba a estar abierta o si iba a recibir un telegrama de despido. «Sufrí muchos nervios y amargura cuando él se iba y no sabíamos si iba a volver con trabajo o no. No fue fácil«. La familia Peralta está formada por Pablo, Cintia y sus tres hijas, por lo que los consecutivos cierres de la planta afectaron duramente a su hogar: «Tratábamos de que los chicos no nos vean mal y poder demostrarles que estábamos bien» contó Cintia. Y agregó: «Cuando uno salía a buscar trabajo el otro se quedaba cuidando a las nenas. Y así intentamos salir adelante…«.

Además, respecto al manejo que se le dio a la fábrica Mefro Wheels, opinó: «Se dijeron muchas cosas que eran mentiras y uno lo sabía. Fue todo muy televisivo donde se tiraron opciones a la bartola y se dieron falsas esperanzas«. Asimismo, añadió: «Por instinto mío, desde un principio le dije a mi marido que la fábrica no iba a abrir más«.

Por otro lado, su marido, Pablo Peralta, relató con dolor lo que sucedió con un compañero de la planta, quien días atrás decidió quitarse la vida tras afrontar serios problemas económicos: «Lo que pasó nos rompió el corazón y el alma, compartí 10 años de mi vida con él, fue un compañero excelente, me destrozó«. Además, contó cómo se las arregla para subsistir sin un empleo fijo: «Lo único que se encuentra son trabajos muy mal pagos con pocas prestaciones que no ayudan en nada. Lamentablemente, muchos de nosotros tuvimos que alejarnos de la lucha porque tenemos familia y teníamos que conseguir otros medios para trabajar. Y más allá del apoyo de la UOM, el dinero falta. No podemos estar luchando sin un plato de comida en la mesa«.

Por último, Pablo se refirió a su esposa Cintia y la importancia de tenerse uno a otro en un momento crítico: «Gracias a Dios tuve el apoyo de mi señora en todo momento, eso es lo más importante. Tenemos tres niñas para alimentar y debemos estar siempre juntos para salir adelante«.