La segunda ola de la pandemia continúa haciendo estragos en Reino Unido, lo que obligó a Boris Johnson a endurecer las medidas
Los nueve millones de habitantes de Londres no podrán reunirse con familiares y amigos en espacios cerrados a partir de este sábado, anunció este jueves el gobierno británico, que elevó el nivel de alerta a «alto» en la capital para frenar la segunda ola de coronavirus.
«No entré en política para imponer restricciones a la vida de la gente (..) pero debemos tomar decisiones firmes y equilibradas para mantener este virus bajo control y debemos tomarlas ahora», afirmó el ministro de Salud, Matt Hancock, al anunciar las medidas en la Cámara de los Comunes.
En consecuencia, desde el sábado la capital se sumará a esta medida, mientras otras siete zonas de Inglaterra pasarán del actual nivel de alerta «medio» a «alto». Esto implica la prohibición de reunirse en lugares cerrados con familiares y amigos con quienes no se conviva.
Se seguirá aplicando además al aire libre la prohibición de mantener reuniones de más de seis personas -incluidos los niños- y el cierre de bares y restaurantes a las 22.
Reino Unido, el país más castigado de Europa por el coronavirus, tiene ya más de 43.000 muertes confirmadas por la Covid-19 y el número de contagios aumentó rápidamente en los últimos días hasta casi 20.000 diarios. Ayer se registraron 137 fallecimientos en el país, según los datos oficiales.
«En Londres, las tasas de infección se están duplicando cada diez días», subrayó Hancock y lamentó tener que tomar «algunas de las medidas más difíciles adoptadas por un gobierno en tiempos de paz».
El responsable para cuestiones de salud en el opositor Partido Laborista, Jonathan Ashworth, le reprochó que «mucho de esto podría haberse evitado» si el gobierno conservador hubiese aprovechado el verano para desplegar un sistema de testeo y rastreo eficaz.
«¿Cuánta más gente tiene que morir?» se preguntó, para que el ejecutivo de Boris Johnson aplique un confinamiento nacional de dos semanas y «romper el circuito» de contagios como aconsejaron sus expertos científicos a finales de septiembre.
El gobierno británico se esfuerza por evitar ese segundo confinamiento, de catastróficas consecuencias económicas tras la histórica recesión provocada por el primero y, en su lugar, Johnson anunció anteayer un nuevo sistema de alerta en tres niveles -medio, alto y muy alto- que fija el tipo de restricciones a aplicar localmente.
Este mecanismo solo concierne a Inglaterra, dado que las otras naciones que componen el Reino Unido -Escocia, Gales e Irlanda del Norte- fijan sus propias políticas contra el coronavirus.
Únicamente la ciudad de Liverpool y sus alrededores, con 600 casos de la Covid-19 por 100.000 habitantes, se encuentra en nivel «muy alto», que suma el cierre de pubs y bares a las restricciones del nivel precedente.
Por su parte, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, de la oposición laborista, respaldó el paso de la capital a un régimen superior.
«Pronto alcanzaremos un promedio de 100 casos por cada 100.000 londinenses con un número significativo de distritos que ya han superado ese umbral», justificó ante el consejo municipal.
Como el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, Khan apoya la idea de un breve segundo confinamiento nacional.
Johnson aseguró ayer que una medida así sería un «desastre» aunque dijo que «no descarta nada en la lucha contra el virus».