Los científicos buscan frenar la infección y expansión del virus cuando ingresa la vía nasal. Es un tratamiento aprobado por la ANMAT
Científicos argentinos testearán clínicamente la capacidad de un spray nasal aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para filtrar la infección por SARS-CoV-2 por la vía nasal y frenar tempranamente la expansión del virus en el organismo.
El bloqueo farmacológico a la vía nasofaríngea para el ingreso del virus, sobre todo en poblaciones que están muy expuestas a infectarse como el personal de salud, podría ayudar a reducir el número de casos de Covid-19.
El principio activo del medicamento es la carragenina, una molécula obtenida de ciertas algas rojas, que se usa en las industrias alimentaria, farmacéutica y cosmética. Unas décadas después, científicos empezaron también a poner a prueba con éxito las propiedades antivirales de la carragenina.
De esta manera, diferentes ensayos, in vitro y en modelos animales, probaron su capacidad de inhibir distintos virus con envoltura, como el virus de la influenza B, virus herpes tipos 1 y 2, virus de la inmunodeficiencia humana, del papiloma humano, influenza A H1N1, dengue, rinovirus, hepatitis A, enterovirus y algunos coronavirus.
La acción antiviral de la carragenina se debería a que este compuesto polimérico funcionaría como una barrera eléctrica que, gracias a su carga negativa, se uniría a las partículas virales, cuya envoltura contiene proteínas con carga positiva, impidiendo así que el virus se una a la superficie de las células y bloqueando su ingreso a las mismas.
La carragenina puede también “capturar” las partículas virales que liberan las células que ya fueron infectadas. El medicamento ya se comercializa en la Argentina y en otros dieciséis países para el tratamiento de resfríos comunes.
El director científico del proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación e investigador superior del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE, CONICET-UBA), del que fue su primer director, Osvaldo Uchitel, indicó: “Esto nos permite pensar que la carragenina, aplicada a través de un spray nasal, podría tener dos objetivos diferentes en relación con el SARS-CoV-2. Por un lado, frenar la infección por la vía nasal en individuos sanos, mediante el blindaje de las células que forman el epitelio de la mucosa nasofaríngea”.
“Por otro, en el caso de pacientes infectados que fueron recientemente diagnosticados, impedir que la partículas virales liberadas por las células que mueren colonicen nuevas células, por ejemplo del epitelio olfatorio, y que eso le permita al patógeno esparcirse hacia nuevas vías, para terminar llegando al sistema nervioso central; o que infecten más células del epitelio respiratorio, en el camino hacia el aparato respiratorio inferior”, agregó.
Por su parte, Diana Jerusalinsky, otra de las integrantes del proyecto e investigadora principal del CONICET en el Instituto de Biología Celular y Neurociencia “Profesor Eduardo de Robertis” (IBCN; CONICET-UBA), detalló: “Si evitamos que el virus llegue al cerebro o a los bronquios y pulmones, entonces, el aparato respiratorio no se vería comprometido, y podríamos colaborar a reducir la cantidad de pacientes con Covid-19 en estado grave, o incluso moderado”.
Uno de los síntomas frecuentes del Covid-19 es la anosmia o pérdida del olfato. De acuerdo con los investigadores, esto ocurriría debido a la colonización por parte del virus de células del epitelio olfatorio, desde donde puede viajar directamente hacia el sistema nervioso central, para atacar al centro respiratorio, y allí afectar a las neuronas de forma directa o, indirectamente, a través de procesos inflamatorios.
Para Uchitel y Jerusalinsky, especialistas en neurociencia, impedir mediante un tratamiento temprano que esto ocurra es clave para evitar que las infecciones por SARS-CoV-2 comprometan el funcionamiento del sistema respiratorio.
El proyecto apunta a la realización de dos ensayos clínicos para probar su efectividad. “Uno, en el que participará personal salud de hospitales del AMBA, nos permitirá conocer en qué medida el spray puede ayudar a prevenir la infección por SARS-CoV-2 en personas con alta exposición al virus (habrá dos poblaciones: una que será tratada con carragenina y otra, control, que recibirá un spray sin carragenina, como placebo)”, comentó Uchitel.
“El otro involucrará a pacientes con Covid-19 recientemente diagnosticados (no más de 48 horas) y con síntomas leves, y apuntará a ver si la carragenina aplicada a través del spray nasal puede contribuir a evitar que las partículas virales lleguen al sistema nervioso central”, añadió.
Los investigadores pondrán a prueba el potencial de la carragenina en dos centros de salud porteños: el Hospital Británico y el CEMIC. «Estamos en tratativas con centros de salud del conurbano bonaerense para extender el estudio», anticiparon.
Tanto los resultados de los experimentos realizados con modelos animales y líneas celulares in vitro (que constan en la literatura), como los ensayos clínicos que verificaron la eficiencia del spray nasal para tratar resfriados comunes (que involucran, en algunos casos, a virus de la familia de los coronavirus), permiten a los investigadores ser optimistas.
“Otro aspecto importante de este proyecto es que, en caso de que los resultados de los ensayos clínicos sean los que esperamos -es decir, muestren la capacidad del spray para disminuir los casos con Covid-19 entre el personal de salud, y para impedir que en pacientes con poco tiempo de infección el virus termine comprometiendo al sistema respiratorio, evitando que el caso se agrave-, sería factible producir el fármaco masivamente y de forma económica”, expresó Jerusalinsky.
“Hay que tener en cuenta que la carragenina también se usa en otros productos farmacológicos (además de en alimentos y cosméticos), y que está comprobado que no genera efectos adversos”, concluyó.
Los otros dos investigadores que participan de este estudio, Juan Manuel Figueroa, director clínico del proyecto y responsable de la Sección de Neumonología Infantil del Hospital de Clínicas José San Martín, y Lorena Itatí Ibáñez, investigadora del CONICET en el Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein (ICT Milstein, CONICET-Fundación Pablo Cassará), presentaron en el 2015, en el 7° Congreso Argentino de Neumonología Pediátrica, un trabajo que mostró que la carragenina inhibe la replicación viral en cultivos de una línea de células de epitelio respiratorio humano infectadas con el virus de influenza H1N1.