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Coronavirus en Argentina: hospitales al límite y un pedido de más restricciones


Diferentes autoridades sanitarias advierten que hospitales afrontan "máximo stress" por internaciones y piden más restricciones

Autoridades sanitarias y directivos de hospitales de distintas localidades advirtieron que los centros de salud afrontan «una situación de máximo stress» ante el aumento de internaciones de pacientes con coronavirus, por lo cual pidieron a la población extremar los cuidados de bioseguridad y recomendaron aplicar mayores restricciones a la circulación y concentración de personas en actividades sociales.

Los últimos reportes provinciales revelaron que en las salas de terapia intensiva de varios hospitales había altos niveles de ocupación de camas Covid, entre el 75 y 93 por ciento, en las principales ciudades de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Santa Cruz, Río Negro, Neuquén, Mendoza y Chubut, a raíz del aumento de casos de coronavirus.

En ese marco, fuentes del gobierno bonaerense precisaron a Télam que los hospitales de referencia de la provincia, como el José Penna de Bahía Blanca, el San Martín de La Plata, el Iriarte de Quilmes o el Alende de Mar del Plata «están todos al 90 o 95%» de ocupación.

«Como los hospitales de cabecera son los que primero reciben a los pacientes y ya no tienen lugar, debemos derivarlos a otros centros de salud», señalaron y resaltaron que «el sistema de salud bonaerense aún no colapsó gracias a la red de derivaciones de pacientes» que en el último mes registró un récord de 1.940, dado que durante abril se cuadruplicaron los traslados en comparación con el mismo mes de 2020, cuando la cifra fue de 538.

El ministro de Salud provincial, Daniel Gollan, volvió a pedir «medidas más restrictivas» para frenar la segunda ola y llamó a «darle un martillazo» al Covid-19 para evitar el colapso sanitario.

El director del hospital Evita de Lanús, Javier Maroni, aseguró que se atraviesa «una situación de máximo estrés» sanitario, por lo que pidió «conciencia social» en los cuidados higiénicos y señaló que al tener promedios de 6 muertos cada 10 internados graves dijo que son cifras «alarmantes porque es gente joven que es el patrimonio social, el futuro de cada uno y de sus familias».

Por eso, sostuvo que «hay que restringir rápidamente (algunas actividades) porque nada va a alcanzar» y graficó: «Hoy la película es esta. Llega la ambulancia y los atendemos pero en tres o cuatro días no los vamos a poder ayudar y deberán seguir camino, teniendo en cuenta que las horas críticas son las más importantes para la sobrevida».

«No es un problema sanitario, sino social», insistió y alertó que «depende de las personas; necesitamos que todos entremos en conciencia» dado que con una experiencia ya de un año en pandemia «sabiendo que se trata de un virus respiratorio, pedimos que los que puedan, se queden en sus casas» porque «si la mayoría toma conciencia, los pocos que se enfermen los vamos a poder atender».

El intendente de Chacabuco, Víctor Aiola (Juntos por el Cambio), reveló que, con el 95% de camas Covid ocupadas y un 80% de terapia intensiva, «si el número de casos sigue alto, pediremos (al gobierno provincial) pasar a fase 2 estricta».

Aiola analizó que «al haber sido la cuarentena un poco larga, la gente le perdió el miedo al coronavirus y fue relajando las medidas de prevención», mientras «muchas personas se reunieron o viajaron en Semana Santa y ahora tenemos un aumento importante de casos».

El presidente de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia (Cicop), Pablo Maciel, advirtió sobre «la imperiosa necesidad de endurecer medidas para bajar el número de casos y descomprimir el sistema de salud que no puede aguantar de ninguna manera este ritmo de contagios» al sostener que «estamos en una situación de saturación del sistema de salud con muchos hospitales del AMBA con ocupación del cien por cien de sus camas críticas».

En ese sentido, el médico Aníbal Aristizabal del hospital Fiorito de Avellaneda dijo que «las 14 camas de UTI están ocupadas y tenemos un paciente ventilado en la zona del shock room».

El director del hospital de Moreno, Emmanuel Alvarez, pidió ayer en una carta pública «reducir drásticamente la circulación de personas» para bajar los contagios como un «grito desesperado» desde el conurbano «tierra ‘africanizada’ desde donde la comunidad y el equipo de salud es ejemplo de lucha contra el Covid».

Álvarez alertó que «en esto se nos va la vida» y aseguró que no se trata de «un capricho, una postura ideológica o algún tipo de oportunismo. Lo que estamos viviendo adentro de los hospitales estos últimos días no lo vivimos jamás. El sistema está colapsando».

Diego Pagliaro, director del hospital Nuestra Señora de Luján de esa localidad bonaerense, señaló que «desde el inicio de la pandemia al día de hoy, hemos prácticamente triplicado el número de camas» y precisó que «desde el domingo empezamos a funcionar en un sistema de emergencia que implica la atención externa de los pacientes que consultan por demanda espontánea, patologías de rápida resolución o internaciones muy breves que requieran una hora de recuperación, eso lo tenemos fuera del edificio del hospital».

«Lo que es la guardia la estamos dejando para pacientes más complicados que requieran algún tipo de internación ya más prolongada o de más complejidad, hasta encontrarle el ingreso a terapia intensiva o derivarlo», explicó a medios locales.

Esas medidas, dijo, se tomaron «para evitar la saturación del sistema».

En Córdoba, el director del hospital Rawson, Miguel Díaz, reveló que tenía el 80% de las camas críticas ocupadas y el 30% en el hospital modular, mientras cifras similares se reportaron en el hospital Regional Juan B. Iturraspe, de la ciudad de San Francisco por el aumento de casos en varias localidades del oeste provincial.

El presidente del Consejo de Médicos de la Provincia (CMPC), Andrés de León, dijo a Télam que si bien la ocupación de las camas críticas es «muy dinámica» porque «varía permanentemente», los profesionales de la salud están «muy agobiados, redoblando horarios por el incremento de contagios y por la falta de personal».

En Rosario, el director del hospital modular Eva Perón, Jorge Kilstein, reveló a Télam que creó grupos de apoyo para brindar asistencia psicológica al personal de enfermería que atiende a pacientes con coronavirus por el «cansancio y agotamiento» que experimenta el plantel, además de que «resulta muy alienante» el contraste entre su desempeño y el relajamiento que se observa en la sociedad.

«Tras 14 meses de no haber podido bajar un cambio, sobre todo en las camas críticas Covid, donde la mortalidad fue alta, eso impacta en lo emocional», añadió.

Y, remarcó que estos trabajadores «cuando salen se encuentran con gente tomando cerveza o grupos de chicos agrupados y sin barbijo» y «ese contraste es alienante, pareciera que fueran dos realidades paralelas».

El Dr. Jorge Kilstein

Ese hospital, construido en medio de la pandemia por el Gobierno nacional, posee 76 camas, 24 críticas y 56 generales y según el médico, las críticas están ocupadas «en un 95%» y las generales en un 65%.

Una de las situaciones más complicadas del país se dio en el hospital de clínicas José de San Martín, en la ciudad de Buenos Aires, donde el director Marcelo Melo, reveló que «hace varios días que tenemos una ocupación del 100 por ciento» de las 50 camas de terapia intensiva.

«Hay muchos pacientes que deberían subir a terapia» pero están con unas cámaras de alto oxígeno del hospital, explicó a Télam y apuntó que «actualmente, los pacientes que ingresan a terapia intensiva tienen una estadía promedio de entre 15 y 18 días».

El médico y docente contó que en ese hospital que depende de la Universidad de Buenos Aires (UBA) «tenemos el protocolo de la última cama preparado desde el año pasado; ya teníamos con el Comité de Bioética las pautas y normas para manejar los recursos sanitarias y humanos».

«Es un estricto protocolo de bioética, es dificilísimo para los médicos, pero a la vez es importante porque en vez de dejarlo en manos de un terapista hay un equipo que hace la evaluación y un comité que lo respalda», explicó Melo.

En Río Negro, el director del hospital barilochense Ramón Carrillo, Leonardo Gil, dijo que «lamentablemente en estos últimos 3 días la situación se ha agravado, las 57 camas UTI que hay en la ciudad se encuentran al cien por ciento, incluso con seis personas esperando ingresar a la terapia intensiva».

Gil señaló que las cifras de indicadores de riesgos muestran que se «pone en rojo a la ciudad» porque, explicó, «lo que se llama razón de casos, que no debe ser superior a 1,20» en las últimas semanas trepó en Bariloche a 1,96, mientras «la incidencia que no debe ser mayor a 150» se elevó «en la ciudad a 1.271».

Esto, dijo, se traduce «en una tensión en el sistema de salud insostenible en el tiempo».

En Santa Cruz, el gobierno informó hoy que las camas de terapia intensiva estaban ocupadas en un 51% con mayor ocupación en las ciudades de Río Gallegos (82%) y Pico Truncado (75%).

En San Luis, el gobernador Alberto Rodríguez Saá resaltó en el reporte del comité de crisis del viernes que, «el sistema de salud está en tensión, que aún no llega a un estrés, estamos transitando una delgada línea, pero aún sigue tensionado».

El director del hospital de San Luis, José Núñez, señaló que allí «actualmente tenemos una ocupación del 90% de las camas de UTI, siendo en su mayoría pacientes menores de 50 años».

«Muchos entran con el 75% del campo pulmonar complicado. Estos pacientes deben ser intubados y pasan a terapia intensiva. No llegan ni siquiera con los primeros síntomas de la neumonía», dijo Núñez a radio FM Lafinur.