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«Confío en la justicia» declaró el padre de la médica que murió al caer de un parapente


El padre de la médica tucumana que murió tras caer de un parapente dijo hoy que «tiene confianza en la justicia», luego de mantener un encuentro con la fiscal a cargo del caso, que será tratado durante la feria judicial.

«Vine a interiorizarme sobre como está avanzando la investigación y le pedí a la fiscal a cargo, María del Carmen Reuter, que llame a declarar a los instructores Ariel Salazar, quien acompañó en el vuelo a mi hija, y Eduardo Deheza, manager de la empresa de parapente Loma Bola», contó a Télam Juan José Vargas, padre de la víctima.

Reuter, quien se hizo cargo del caso a partir del comienzo de la feria, «se comprometió a llamar a los instructores en los próximos días y a tomar las medidas necesarias para que se esclarezca la causa, lo que me deja más tranquilo», apuntó.

Vargas adelantó además que declarará mañana por la mañana y destacó la «frialdad y complicidad que existe entre los empresarios de parapente» tras la nota publicada en el diario local La Gaceta donde Salazar admite que «pudo haber un error humano, una distracción» que provocó la muerte de la joven.

«Después de aterrizar Salazar se fue a asesorar con un abogado en lugar de ayudar a los equipos de búsqueda a marcar el lugar donde podría haber caído mi hija. Un rato después volvió y le dijo a la policía que le había dado un ataque de pánico y por eso se soltó del equipo», denunció.

Vargas aclaró que no está en contra de que se siga practicando parapente ni de los pilotos: «Al contrario, me parece un deporte hermoso y espero que a partir de este accidente se pueda volar en mejores condiciones de seguridad», afirmó.

«Salazar fue víctima de una estructura mal organizada. Esto le puede pasar a cualquiera de los parapentistas», señaló y pidió «a los tucumanos que hayan estado presentes el día del accidente o hayan tenido una mala experiencia volando en parapente que se acerquen a prestar declaración» para ayudar a esclarecer la muerte de su hija.

El hecho ocurrió el pasado viernes a las 16, cuando Natalia Vargas y un grupo de amigos decidieron volar en parapente en el cerro San Javier. Minutos después de haber iniciado el vuelo, la joven cayó desde unos 120 metros de altura.

Según informaron fuentes de la investigación, la médica cumplió con el procedimiento para concretar su vuelo: firmó el contrato de deslinde de responsabilidades que dispone el club, se puso el equipo pertinente -que incluye el arnés de seguridad-, y se subió al biplaza que manejaba el piloto Salazar.

Después de unos minutos en vuelo, la joven se soltó del equipo por razones que aún se desconocen y cayó al precipicio.

Tras la caída, el ministro de Seguridad de Tucumán, Claudio Maley, organizó de inmediato un operativo de búsqueda en el que participaron efectivos del Grupo Cero, Bomberos, servicios médicos y la Unidad Regional Norte.

El cuerpo fue encontrado tras varias horas de búsqueda en medio de la vegetación y a unos 200 metros de la pista de despegue en Loma Bola, en el cerro San Javier, a 6,7 kilómetros de la capital tucumana.

Natalia era oriunda de la ciudad de Concepción y vivía hace tres años en Alemania, donde realizaba una residencia médica. Había viajado a la provincia para pasar las fiestas con su familia.