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¿Cómo será la fábrica que producirá la primera vacuna contra el coronavirus?


Las autoridades rusas planean fabricar 5.000.000 dosis mensuales y etiquetarán cada ampolla con un código digital para evitar adulteraciones

 

Las autoridades rusas prevén que, al alcanzar los parámetros proyectados, la producción de la vacuna contra el covid-19 registrada esta semana en el país alcance las 5 millones de dosis al mes, lo que permitirá cubrir la demanda en el mercado nacional en tan solo un año.

Para conseguir el nivel de producción esperado, Binnofarm trabaja en conjunto con el laboratorio Gamaleya, el primero en elaborar la vacuna rusa.

La tecnología para elaborar el fármaco es similar a la empleada en otras vacunas, como la del ébola creada en el mismo centro ruso. Se trata de una metodología conocida como vacunas de vectores adenovirales.

Uno de los socios financieros del proyecto, la compañía de inversiones Sistema, con sede en Moscú, se ha sumado a la iniciativa en una etapa temprana, indicó el presidente de la entidad, Vladímir Chirájov.

«Básicamente, las inversiones ya se habían hecho y ya se está produciendo la vacuna a nivel industrial. Entendemos perfectamente que esta cantidad no es suficiente. Por eso seguimos invirtiendo en la consiguiente remodelación y en el incremento de producción», expresó Chirájov.

En el futuro inmediato, la existencia limitada de la vacuna obligará a priorizar su uso. Se distribuirá a distintas zonas de Rusia y los primeros en recibirla serán los trabajadores del sector sanitario. Por otra parte, se estima que en octubre comenzará la vacunación masiva en el país y se espera que para noviembre ya se inicie la producción del fármaco en América Latina.

La vacuna se aplica en dos etapas. Al consistir en dos inyecciones, permite formar la inmunidad a largo plazo. Según los ensayos ya realizados, su efecto debería durar cerca de dos años.

Además, al ser vectorial, permite que el sistema inmunológico reaccione para generar los anticuerpos que nos protegen del virus. Por eso, sus creadores, expertos y autoridades destacan que es una vacuna segura y eficaz.

Finalizada la producción de la vacuna propiamente tal, se procede una serie de etapas de inspección visual de la hermetización de las ampollas y las deficientes son eliminadas, de modo que solo las que cumplen con los estándares de calidad proceden a su etiquetación.

De hecho, para garantizarla, se han diseñado medidas especiales. El objetivo es que cada persona que se vacune reciba la medicina auténtica. Por eso, para evitar adulteraciones, se ha creado un código digital que permitirá seguir el trayecto de cada lote de ampollas hasta su destino final.