La capital mexicana lleva cinco días de aumento de la ocupación hospitalaria. Mientras tanto, el presidente López Obrador sigue descreído de los tapabocas
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, advirtió hoy que la capital se encuentra «en alerta» tras encadenar cinco días consecutivos de incremento de la ocupación hospitalaria por coronavirus, después de que el presidente, Andrés López Obrador, pusiera en duda la eficacia del uso del tapabocas afirmando que «no está científicamente demostrada».
La alcaldesa aseguró que la ciudad permanece en semáforo naranja, que según el sistema de vigilancia epidemiológica significa que está en riesgo alto de contagios, pero advirtió que podría alcanzar el semáforo rojo, es decir, un riesgo máximo.
«Es semáforo naranja con alerta, así lo llamamos luego de que se han incrementando el número de camas ocupadas en la ciudad», explicó en conferencia de prensa luego de que la capital registrara 2.674 pacientes en camas de hospitalización general y 774 entubados.
«Continuamos en semáforo naranja en la Ciudad de México y durante esta semana se mantienen las actividades permitidas, pero llamamos a la población a seguir las estrictas medidas sanitarias», refirió.
La próxima será la quinta semana en semáforo naranja, lo que permite que las actividades económicas no esenciales trabajen con el 30% de su personal.
Además, está permitida la apertura limitada de hoteles, restaurantes, estéticas, tiendas departamentales y centros comerciales.
La alerta, dijo la mandataria capitalina, es que si continúan aumentando el número de hospitalizados, entonces se regresaría al semáforo rojo, que solo permite las actividades esenciales, citaron medios locales y la agencia de noticias EFE.
«Si la ocupación crece hasta llegar a más de 5.127 camas, tendríamos que tomar medidas todavía más restrictivas y regresar al semáforo rojo y permanecer así varias semanas para que pueda descender el nivel de hospitalización», alertó.
Pocas horas antes, López Obrador aseguró que el efecto del uso del barbijo «no está científicamente demostrado» y defendió su decisión de no usarlo en los espacios en los que puede mantener la «sana distancia».
«No quiero entrar en polémica sobre este tema, pero si se considera que con esto se ayuda, entonces lo haré desde luego. Pero no es un asunto que esté científicamente demostrado», dijo el mandatario en conferencia de prensa desde Oaxaca, en el sur del país.
López Obrador solo lleva barbijo en los viajes en avión, donde su uso es obligatorio, pero nunca en eventos públicos o sus reuniones en el Palacio Nacional, a pesar de que muchos de los integrantes de su gabinete lo lleven y la gran mayoría de la comunidad científica internacional en el mundo lo recomienda.
«A mí, tanto el doctor Jorge Alcocer (secretario de Salud) como el doctor Hugo López-Gatell (subsecretario de Salud) me han dicho de que no necesito el cubrebocas si mantengo la sana distancia», expresó el Presidente.
«En los lugares donde sí es necesario, donde es una norma, por no decir obligatoria, pues ahí me lo pongo. En el avión lo piden y me lo pongo», se justificó el mandatario, quien se mostró por primera vez con un barbijo en público en el avión que lo llevó a Estados Unidos.
La capital mexicana registra 8.529 defunciones, 66.444 casos confirmados, 14.768 sospechosos y 4.638 casos activos.
Respecto a la ocupación hospitalaria, es del 53 % en camas en general y 47 % en camas con ventilador.
México presentó ayer un nuevo récord de contagios al confirmar 8.438 casos nuevos para llegar a un acumulado de 370.712 contagios y 41.908 defunciones.