En tanto, el Vía Crucis partió a las 20 desde la parroquia encabezado por una inmensa cruz de madera seguida por los fieles que recorrieron unos 6 kilómetros por las calles del barrio Rucci
Por Mateo Fabre – Télam
Cientos de miles de fieles católicos de todo el país manifestaron en Rosario su fe en el tradicional Vía Crucis del Padre Ignacio, sacerdote oriundo de Sri Lanka, quien desde su parroquia en el barrio Rucci del norte de esa ciudad convoca a multitudes cada año.
Desde el mediodía, los fieles de todo el país e incluso del exterior comenzaron a congregarse en inmediaciones de la Iglesia Nuestra Señora de la Natividad, donde el popular líder religioso realiza su trabajo sacerdotal en esta ciudad desde hace 44 años.
La ceremonia religiosa que reproduce durante el viernes santo el calvario de Jesús, se realiza desde aquel entonces aumentando su convocatoria todos los años, la cual comenzó con unas 500 personas en 1979 y que el año pasado superó las 200.000.
«Es un momento muy importante que compartimos en familia y, más que a pedir, venimos a agradecer por lo que tenemos y por lo que el Padre nos da con su fe», dijo a Télam una joven que todos los años participa del multitudinario evento religioso.
«Yo vengo a agradecerle el haber salvado a mi hija de 12 años, la traje hecha huesos a recibir su bendición y hoy está sana a sus 36 años gracias a las tareas que el Padre nos ordenó», contó Marta desde su reposera pegada a las vallas del escenario donde más tarde Peries protagonizará la última estación del Vía Crucis. «Es un enviado de Dios, las manos de él son las manos de Jesús en la tierra», enfatizó la mujer.
«Lo he visto hacer muchos milagros sin pedir nada a cambio, solamente la fe», sostuvo.
Carolina, otra de las fieles que aguardan junto al escenario, contó que trajo a su hija por un problema en sus ovarios, los médicos diagnosticaron que nunca podría tener hijos, pero a poco de recibir la bendición del Padre Ignacio Peries la joven quedó embarazada, «me hizo una feliz abuela», dijo entre lágrimas la mujer.
«Lo que pasa con este hombre no se puede explicar, es un iluminado y si él hace tanto esfuerzo por nosotros, lo único que podemos hacer es responderle de igual manera», agregó.
Las actividades de devoción comenzaron esta mañana a las 9 en la parroquia Natividad del Señor, con las confesiones previas al Vía Crucis, por la tarde, a las 15, hora de la muerte de Jesús, hubo oraciones y las 17 fue el momento de la adoración de la cruz, en donde miles de fieles besaron y arrodillados mostraron su fe ante la cruz y una estatua de la Virgen María.
En tanto, el Vía Crucis partió a las 20 desde la parroquia encabezado por una inmensa cruz de madera seguida por los fieles que recorrieron unos 6 kilómetros por las calles del barrio Rucci, en los que se recrearon las 14 estaciones de la vía dolorosa de Jesús para finalizar en un escenario en donde el Padre Ignacio Peries brindó la Misa de Cierre.
Antes de comenzar la peregrinación y ante los medios locales, el Padre llamó a los fieles a rezar «por la paz y la seguridad de nuestra ciudad, de Argentina y del mundo».
«Más que perdonar hay que formar y educar, yo creo que la paz empieza en la casa, en cada familia que educa para vivir en paz», enfatizó.
«El ejemplo hermoso que tienen hoy es la humildad de Jesús para construir en la unidad», remarcó.
«En la quinta estación -continuó- Jesús siendo Dios hecho hombre, no se consideró como poderoso omnipotente, reconoció su debilidad humana y la necesidad de la ayuda de los demás para llevar su cruz».
«Esto significa que cada uno de nosotros debemos reconocemos que somos simples humanos, necesitados de la ayuda de los otros y que nadie puede vivir sin la presencia del otro», explicó.
En ese sentido, indicó que «es importante reconocer nuestras limitaciones y ser consciente que sin presencia de los demás no somos nada».
Consultado sobre las razones que mueven a sus fieles a seguirlo, apuntó: «Pienso que las personas vienen a agradecer y de alguna forma a través de mi sacerdocio sintieron la fe que conmueve para conectar con Dios y sentir que él está con ellos a través de este vía crucis».
Y consideró que esta fecha «es muy importante para muchos para volver a encontrar el refugio en la gracia de Dios».
Este año, fieles de todo el mundo pudieron seguir la ceremonia que se transmitió en vivo en italiano y en inglés a través de un streaming de video.
El carisma de este líder religioso convirtió a Rosario en la receptora de una de las manifestaciones de la fe católica más trascendentes e impactantes del país.