Un grupo de investigadores del Centro Max Delbrück de Medicina Molecular (MDC, por sus siglas en alemán) de la Asociación Helmholtz, en Alemania, observó el tejido del corazón y detectó las «fábricas de proteínas» de las células en acción. En un artículo publicado en ‘Cell’, el equipo reveló sus descubrimientos y las posibilidades que contienen para el futuro tratamiento de la enfermedad cardíaca.
En el estudio se explica que el grupo internacional de unos 56 investigadores examinó las proteínas producidas por los ribosomas, las fábricas de proteínas celulares de nuestro cuerpo, tanto en las células del corazón de las personas sanas como en las que padecen enfermedades del corazón.
Los resultados incluyeron el descubrimiento de una gran cantidad de mini proteínas que previamente eran completamente desconocidas.
El ADN almacenado en el núcleo de cada célula contiene un plano para todas las proteínas producidas en el cuerpo. La producción de las mismas es un proceso de dos pasos: transcripción y traducción.
En el primero se producen copias de fragmentos de ADN en forma de ARN mensajeros (ARNm), que luego abandonan el núcleo celular. En el segundo paso, los ribosomas utilizan aminoácidos individuales que nadan alrededor de la célula para crear las proteínas correspondientes. Aunque se han realizado muchas investigaciones científicas sobre la transcripción, se sabe relativamente poco sobre el proceso de traducción.
«Con la ayuda de una técnica relativamente nueva conocida como perfilado de ribosomas, ahora hemos podido determinar por primera vez no solo en células aisladas, sino también en tejido intacto del corazón humano, a qué sitios de ARNm migran los ribosomas», explicó el autor principal del estudio, el doctor Sebastiaan van Heesch, miembro del grupo de Genética y Genómica de Enfermedades Cardiovasculares del profesor Norbert Hübner en el MD, según reproduce infosalus.
«Al utilizar algoritmos especiales, pudimos calcular qué proteínas se producen en el corazón durante la traducción», detalló.
Usando esta técnica, los científicos descubrieron toda una serie de pequeñas proteínas previamente desconocidas. Otro descubrimiento sorprendente realizado por van Heesch y el equipo fue que muchas de las microproteínas estaban codificadas por ARN que no se creía que tuvieran propiedades de codificación, es decir, no se pensaba que contuvieran instrucciones para construir proteínas. La mayoría de las mini-proteínas se utilizan para la producción de energía.
Usando técnicas microscópicas especiales, los científicos pudieron observar que, una vez producidas, más de la mitad de estas microproteínas migran a las mitocondrias, las centrales energéticas de nuestras células.
«Esto significa que obviamente se utilizan en los procesos de producción de energía del corazón. Dado que muchas patologías cardiacas son causadas por un metabolismo energético defectuoso, estábamos particularmente interesados en este resultado», definió el científico.