El estudio, del que participaron investigadores santafesinos junto con expertos alemanes, se realizó en ratones
Un equipo de científicos argentinos demostró por primera vez, basándose en un modelo de estudio en ratones, que un filtro solar, el Benzofenona 3, provocaría retraso de crecimiento intrauterino y altera la proporción de sexos. Es un resultado muy interesante y que cobra relevancia en el marco de otros trabajos que muestran una reducción en la proporción de varones recién nacidos en distintos países como USA, Japón, Canadá, Holanda, España y Dinamarca”. “Nuestro trabajo agrega evidencia a favor de la hipótesis de que la exposición a los filtros solares estaría contribuyendo a este cambio poblacional», indicó un investigador del Conicet que participó en el trabajo.
En simples palabras, se demostró que el uso de ciertos filtros solares influyen en las hormonas y en el sexo.
En la actualidad, el uso de filtros para proteger la piel de los efectos perjudiciales de la luz UV es una de las recomendaciones centrales a la hora de exponernos al sol, sin embargo en muchas de estas cremas se encuentra presente la Benzofenona 3 o BP-3. Se trata de una sustancia orgánica que tiene la propiedad de absorber la radiación ultravioleta UVA y UVB.
En un trabajo realizado por científicos del Conicet en el marco de un proyecto binacional liderado desde Argentina por Horacio Rodríguez, investigador en el Instituto de Salud y Ambiente del Litoral (ISAL/CONICET-UNL) y la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB-UNL), y desde Alemania, por Ana Zenclussen, desde el Laboratorio de Obstetricia y Ginecología Experimental (Otto von Guericke University), se evaluó si la exposición dérmica al filtro solar BP-3 es capaz de provocar alteraciones en el avance de la gestación y en las crías una vez nacidas.
Los experimentos fueron realizados en forma complementaria mediante estancias de trabajo en Santa Fe y en Magdeburg. Desde Santa Fe también participaron las Dras. Julia Culzoni y Carla Teglia, del Laboratorio de Desarrollo Analítico y Quimiometría (FBCB-UNL), mediante el desarrollo de la tecnología analítica para la medición de BP-3 en suero y líquido amniótico.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Archives of Toxicology. El estudio demostró por un lado, el retraso de crecimiento intrauterino. “Ello refiere a una condición en la cual un feto no nacido es más pequeño que lo que debería ser de acuerdo a su momento-edad de desarrollo, e implica que su ritmo de crecimiento dentro del útero es menor al normal. Este retraso está asociado a un mayor riesgo de padecer otros problemas durante la gestación, el parto y luego del parto”, explicó Rodríguez.
“Realizamos el trabajo en ratonas preñadas, aplicando diariamente sobre la piel y sólo durante los primeros días de la gestación una dosis similar a la que los seres humanos utilizamos cuando realizamos una única aplicación diaria de crema solar en todo el cuerpo”, detalló el investigador.
En segundo lugar, en el estudio se identificó una alteración en el “sex ratio“, porcentaje de machos y hembras en una población determinada, observándose un número mayor de crías hembras en el grupo que estuvo expuesto al filtro solar.
La importancia de este hallazgo, explicó Rodríguez radica en que “en los últimos años, se ha difundido el uso del sex ratio como un indicador centinela de exposición a sustancias capaces de alterar el sistema hormonal, denominadas perturbadores endocrinos. Es decir que cuando una población está siendo afectada por perturbadores endocrinos, el sex ratio es una variable que funciona como alerta. Es un resultado muy interesante y que cobra relevancia en el marco de otros trabajos que muestran una reducción en la proporción de varones recién nacidos en distintos países como USA, Japón, Canadá, Holanda, España y Dinamarca”.
Ante el impacto de este tipo de investigaciones, Horacio y Ana resaltan la importancia de la ´ciencia básica´ en tanto que brinda información de calidad para la toma de decisiones en materia de regulación.