Chubut espera el «visto bueno» de la Comisión Nacional Argentina de Cooperación con la Unesco (Conaplu) para comenzar la pavimentación de 11 kilómetros de ruta en el sur de la Península Valdés, que integra el Patrimonio de la Humanidad, informó el presidente de Vialidad Provincial, Nicolás Cittadini.
El funcionario señaló que, por su estatus mundial, realizar allí «cualquier obra que pueda implicar una alteración del relieve natural» requiere «tener la autorización de la Unesco a través de la Conaplu. Es decir pedirle permiso, de lo contrario no se puede realizar».
Se trata del proyecto de pavimentación de la ruta provincial 42 en el sector conocido como El Doradillo, en el flanco de la península que da al golfo San Jorge, cerca de Puerto Madryn.
La iniciativa incluye el movimiento de suelo con terraplenes y desmontes para conformar la obra básica, la estructura de suelo granular de yacimiento, y en la última etapa un pavimento asfáltico.
El ente vial chubutense «tiene en su agenda desde hace rato esta obra para evitar los reiterados accidentes que se producen en esa zona, muy transitada para el avistaje de ballenas desde la costa, pero nunca avanzó porque siempre algún organismo interviniente ponía objeciones», explicó Cittadini.
«Frente a esto hemos convocado a distintas áreas relacionadas con la futura obra», entre ellos el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el de Turismo y la Secretaría de Ecología y Protección Ambiental de la Municipalidad de Puerto Madryn «para que nadie quede afuera y podamos avanzar», señaló.
La particular situación de Península Valdés responde al reconocimiento como Patrimonio Natural de la Humanidad de esta porción del territorio argentino con forma de hongo ubicado en el noreste del Chubut, a cuyos golfos todos los años llegan miles de ejemplares de ballena franca austral para cumplir su ciclo vital.
Ese estatus obtenido el 4 de diciembre de 1999 obliga a que cualquier obra tiene que ser previamente autorizada, incluso para los privados, lo que ha motivado quejas de los productores ovinos que para ampliar sus cascos de estancia o mejorar los galpones de esquila y acopio deben solicitar autorización.
El subsecretario de Conservación y Áreas Protegidas de Chubut, Néstor Raúl García, confió a Télam que el estatus de Península Valdés «está bueno» como marca de nivel mundial.
Pero ese reconocimiento también «implica obligaciones y una de ellas es justamente el asegurar que la zona permanezca lo más intangible que se pueda, para lo cual es necesario hacer consultas ante cualquier obra», indicó.