Hasta hace unos años, China era persona non grata en el mundo de los transplantes por el uso de órganos de prisioneros ejecutados. Ahora ha prohibido esta práctica y ha cobrado cierta respetabilidad, aunque persisten las sospechas.
Prueba del cambio es que unos 150 expertos chinos participaron esta semana en Madrid en el congreso anual de la Sociedad de Transplantes.
Dicho número supone un récord, y los que antaño criticaban al país ahora aprueban el sistema chino de transplantes, pese a las alegaciones de algunos de que todavía no es del todo transparente.
«El hecho de que haya tantos profesionales chinos aquí dando cuenta de su experiencia es un testimonio de la evolución de China», comentó a la prensa Francis Delmonico, un destacado cirujano estadounidense y ex presidente de la Sociedad de Transplantes.
Según recordó, hasta hace un tiempo la Sociedad tenía prohibido que los expertos chinos expusieran sus trabajos en la conferencia anual.
China prohibió en 2015 el uso de órganos de prisioneros ejecutados, y en su lugar creó un sistema de donaciones voluntarias.
No obstante, algunos sospechan que la práctica podría estar manteniéndose, y que para esquivar la norma se esté catalogando como «voluntarios» a algunos presos.
Huang Jiefu, el hombre encargado de rehacer el sistema chino de transplantes, deniega enérgicamente que así sea, y asegura que actualmente rige una política de tolerancia cero.
Con todo, el año pasado reconoció en una conferencia en el Vaticano que se podrían estar produciendo transplantes de órganos procedentes de presos.
«China es un inmenso país con una población de 1.300 millones de habitantes, así que estoy seguro de que se están produciendo vulneraciones de la ley», declaró en ese momento.
– ¿Cuántos transplantes? -.
Actualmente hay 178 hospitales en China en los que se efectúan transplantes de órganos.
En 2017, el país llevó a cabo más de 16.000 transplantes, con lo que se convirtió en el segundo país del mundo en este campo, por detrás de Estados Unidos, según anunciaron las autoridades chinas.
Pero en un estudio exhaustivo, el China Organ Harvest Research Center, que lleva años monitorizando la cuestión, afirmó que se estaban llevando a cabo miles de transplantes más de manera extraoficial.
El gobierno chino inició en 2010 el sistema de donaciones voluntarias, en forma de proyecto piloto en algunas provincias, y lo extendió a todo el país en 2013.
Según recuerda el China Organ Harvest Research Center, los datos oficiales señalan que el porcentaje de órganos transplantados procedentes de donaciones voluntarias pasó de un 23% en 2013 al 80% en 2014.
También según esos datos, las donaciones voluntarias se convirtieron en la única fuente de transplantes en 2015.
Una progresión espectacular, que el centro no se cree del todo.
«No es plausible que semejante transición se completara en apenas uno o dos años», indicó.
Más allá de la desconfianza hacia las autoridades, muchos chinos tienen la creencia de que se reencarnarán después de muertos, aunque para ello creen también que necesitan tener intacto su cuerpo, lo que explica su reticencia a donar órganos.
De ahí la cuestión del origen de tantos órganos.
En su informe, el China Organ Harvest Research Center señala que algunos órganos no sólo se extraen de presos ejecutados, sino también de presos de conciencia vivos.
Según apunta, se habrían extraído órganos de los seguidores del movimiento espiritual Falungong, ilegal en China, y de la minoría musulmana uigur.
Actualmente no hay pruebas firmas de que esto esté sucediendo, y tanto Human Rights Watch (HRW) como Amnistía Internacional dicen que han sido incapaces de contrastar estas acusaciones.
«Es cierto que el gobierno chino somete a malos tratos a los seguidores del movimiento Falungong y a los uigures, e incluso a torturas y penas de cárcel. Sin embargo, no hay pruebas convincentes de que estén siendo ejecutados para la extracción de sus órganos», dijo a AFP Maya Wang, investigadora de HRW para China.
Ambas organizaciones subrayan que la falta de transparencia del sistema chino de transplantes imposibilita saber si la reforma ha sido tan eficaz como dice el gobierno.
– ¿Turismo de transplantes? -.
Igualmente se sospecha que algunos extranjeros acaudalados están viajando a China para conseguir transplantes por la vía rápida.
El pasado año, una televisión surcoreana visitó un hospital en Tianjin, cerca de Pekín, donde habló con pacientes extranjeros a los que se les dijo que su transplante podría producirse en pocas semanas.
El alto funcionario Huang Jiefu dijo a la prensa en Madrid que esta práctica es ilegal y está castigada.
«China era antes un centro de turismo de transplantes de órganos», reconoció, pero ahora las cosas han cambiado, y más de 60 médicos fueron castigados, aseveró.