Chile reafirmó hoy que no tiene ninguna obligación jurídica de negociar con Bolivia una salida soberana al océano Pacífico, por lo que pidió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en la Haya, desestimar «todas las demandas» bolivianas.
«Bolivia no vino a esta Corte a buscar una solución. Lo que busca es obligar a Chile a negociar a perpetuidad hasta que se haya cumplido su obsesión de tener territorios soberanos chilenos», sentenció el canciller chileno, Roberto Ampuero, en el último día de alegatos ante la CIJ.
El funcionario agregó que mientras su país construyó «un relato basado en la verdad, la justicia y el derecho internacional», Bolivia dejó al descubierto «la falencia de su argumentación».
«No fueron capaces de identificar ni el momento ni el contenido de la obligación» de negociar una salida soberana al océano Pacífico.
Tras la intervención de Chile, el presidente Sebastián Piñera insistió nuevamente en la idea de que Bolivia «debe aprender a no confundir aspiraciones con derechos», y coincidió con el canciller en que «el tratado de 1904 fue válidamente celebrado, se encuentra plenamente vigente y debe ser estrictamente cumplido por los países que lo firmaron y, en consecuencia, no existen temas limítrofes pendientes».
Dicho tratado, firmado tras la Guerra del Pacífico, significó para Bolivia la pérdida de unos 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de territorio.
«Ese conflicto bélico no fue provocado por Chile como pretende (demostrar) Bolivia», aseveró el mandatario chileno, que acusó al país vecino de «distorsionar la historia».
Las declaraciones provocaron la reacción de Evo Morales, quien aseguró que «Chile restringe y limita el cumplimiento del libre tránsito por aspectos aduaneros, administrativos y sociales».
Además, enumeró una lista de episodios que han socavado la confianza entre los países vecinos, como los ejercicios militares que realizan en la frontera y las más de 181 mil minas antipersonales colocadas en la frontera con Bolivia, que no han sido retiradas en su totalidad.
Antes, en un tuit, Morales acusó a Chile de «amedrentar al mundo, atentar contra la integridad de nuestro territorio», y tratar de «negar su obligación» de negociar una salida al mar.
Por otro lado, el Ministerio de Comunicación boliviano anunció que para celebrar el fin de los alegatos, el Ejército de Bolivia «revivirá hoy con una escenificación la épica defensa de la batalla de 1879 ocurrida en Canchas Blancas, departamento de Potosí, ante la presencia del presidente, Evo Morales».
Dicha batalla, en la que supuestamente el Ejército de Bolivia derrotó a 1.500 soldados chilenos que intentaban invadir Potosí, no cuenta con registros históricos oficiales por lo que desde Chile se considera que nunca se produjo. Con la declaración de la comitiva chilena de hoy finalizan los alegatos ante el CIJ por parte de ambos países, y se espera que la Corte llegue a una resolución a finales de 2018.
En esta última declaración chilena, el agente chileno ante la CIJ, Claudio Grossman, subrayó que mientras la posición de Chile en los alegatos fue «sólida» y «constante», la de Bolivia fue cambiante y ambigua, lo cual «ha revelado las debilidades del caso».
Por su parte, el abogado defensor chileno, el británico Daniel Bethlehem, expuso un tuit escrito la semana pasada por el presidente boliviano, Evo Morales, en el que aseguraba que la región chilena de Antofagasta «fue, es y será boliviana».
«Chile no acepta la visión de la historia de Bolivia. Bolivia tiene derecho a su propia opinión, no tiene derecho a sus propios hechos», se quejó el letrado.
El lunes pasado, el equipo jurídico de Bolivia presentó su último alegato y el presidente Morales decidió asistir.
El representante boliviano, Eduardo Rodríguez Veltzé, reiteró el pedido para que los magistrados determinen la obligación de Chile de negociar una salida soberana al Pacífico en un plazo razonable y afirmó que «no se trata de un conflicto irresoluble».